La esposa de un director de orquesta ha desaparecido sin dejar rastro. El evento sacudirá al músico y a la mujer con la que ha empezado a salir en la película mexicana de suspenso PERDIDA, el nuevo opus de JORGE MICHEL GRAU, director de SOMOS LO QUE HAY y 7:19. El filme cuenta con las actuaciones de PAULINA DÁVILA, CRISTINA RODLO y JOSÉ MARÍA DE TAVIRA en el papel del Maestro, acostumbrado a llevar la batuta y asiduo a la belleza.

PERDIDA es un remake de la película colombiana LA CARA OCULTA, estrenada hace casi una década. Sin embargo, es posible percibir cómo Jorge Michel Grau hace un trabajo de apropiación para contar esta efectiva historia a su manera, con su personalidad audiovisual y mucha finura plástica. Ante el estreno de este thriller que bordea los límites de lo pasional y lo policíaco, en TOPCINEMA decidimos buscar a De Tavira para que nos contara un poco sobre el primer estreno mexicano de 2020 y que, además, bien podría emplazarnos dentro de un gran año para la cinematografía nacional.

En un entorno de cine nacional en el que se estrenan tantas comedias, debe ser interesante encontrar proyectos como éste, un thriller en toda regla. Sin embargo, sí me gustaría anotar que, en realidad, has tenido una carrera bastante variada en cuanto al tipo de proyectos que has podido protagonizar.

Sí, yo lo que puedo decirte es que me siento muy afortunado. Poder explorar distintos tonos, como con el suspenso en esta película que me parece inusual para el estándar del cine mexicano, es un gran privilegio. Pero, por sobre todas las cosas, yo apuntaría que lo que más me emociona es haber podido trabajar con [el director] Jorge Michel Grau.

¿Qué puede esperar el espectador?

Una película que explota bien las cualidades del género. Una película con una factura de primera y que además nos narra una historia de la manera en que solo puede ser contada por un autor como lo es Jorge. Es un muy buen director. Tiene un ojo muy especial, se ve su sello en cada plano de la película, en su forma de haber filmado cada escena.

¿Cómo fue el trabajo previo al rodaje?

Primero que nada lo que fue buenísimo es que, desde el principio, Jorge Michel Grau y yo nos entendimos como aliados. Los dos tenemos una postura muy clara de que lo que importa es la película, lo que importa es hacer equipo, y bajo sus órdenes se dio una gran relación de trabajo, de alianza verdadera. Tuvimos muchas charlas antes del rodaje, nos preparamos bastante, hablamos mucho sobre los detalles de la producción. Hubo pláticas que diría que estaban orientadas a afinar el tono de la película y los objetivos del filme. Me dejó mucha tarea qué hacer. Tal vez no ensayamos mucho, pero sí platicamos mucho sobre el proyecto. También hicimos lecturas. Y bueno, además recuerdo que Jorge fue a mis clases de dirección de orquesta para ver cómo íbamos progresando en ese sentido. Es un tipo muy comprometido, muy atento a todos los detalles.

Esta preparación rumbo al rodaje, como las clases de dirección de orquesta, me hace pensar que hiciste un personaje que te exigió ciertas cosas, creativamente hablando…

Hago el papel de un tipo que está totalmente obsesionado con su quehacer artístico de élite. Ególatra. Apasionado. Tenía que interpretar a un personaje al que se le creyera esa dedicación, esa fijación. Me tenía que preparar para representar a un músico entregado a lo suyo. Mi reto fue hacer que todo eso fuera verosímil.

¿Cómo llegaste a este proyecto?

Fíjate que en este caso fue por invitación directa. Los productores me mostraron su carpeta, la cual buscaban meter a los concursos de estímulos fiscales y los fondos. Me monté en esta película casi desde su semilla.

¿Cómo vives la experiencia de leer un guion?

Supongo que aprender a leer guiones es algo que se adquiere con el tiempo y la experiencia. Poder pasar de la página escrita a la música de las palabras para poder imaginar cada aspecto visual. Siempre es un proceso de descubrimiento. En el cine, lo que sucede es que uno termina por darse cuenta que una cosa es cómo lo imaginas y otra cómo se ve en el set que tal vez no conocías, o cómo huele el lugar del rodaje, o a qué hora te ponen a hacer una escena. La lectura del guion es un proceso de aproximación al misterio pues hasta el día del rodaje no sabes en realidad qué es lo que vas a hacer.

¿Y qué ocurre cuando la película ya ha sido terminada? ¿Es grato o desconcertante cuando ves una película tuya por fin en la pantalla?

Grato sí, sí lo es. Pero, siendo franco, es más desconcertante que grato, al menos para mí. Me resulta una experiencia difícil, llena de ansiedad. Es una experiencia muy extraña. Creo que no soy capaz de ser espectador de los trabajo que he hecho. En este sentido te diría que me gusta mucho trabajar, que no me gusta tanto ver los resultados, lo que más me interesa son los procesos.


PERDIDA llega a salas de cine mexicanas desde el 10 de enero de 2020. Un estreno de Cinépolis Distribución.