★ ★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

Disney pisa las runways fashionistas con harto estilo gracias a Cruella, la ostentosa y entretenida historia de origen que está a la altura de la icónica villana. Emma Stone protagoniza exitosamente esta película de acción real del director Craig Gillespie (Yo Tonya) y cuyo guion mezcla las plumas de Dana Fox y Tony McNamara, quienes han facturado un relato divertido y satisfactorio.


Estella (Emma Stone) es una chica que se ve obligada a vivir una infancia criminal de la mano de dos jóvenes ladrones. Los años pasan hasta que la audaz y talentosa timadora recibe la oportunidad que ha estado esperando: irrumpir en el mundo de la moda. ¿Podrá esta forma cumplir su sueño y dejar de lado la vida de robos y estafas? El reto no será sencillo, pues tendrá que confrontar su talento con el de La Baronesa (Emma Thompson), la figura más implacable e icónica de la industria de la moda londinense.

Es inevitable hablar, por supuesto, del duelo de Emmas. Tanto Stone como Thompson se enredan en una batalla bien zurcida. Si bien en el guion sus personajes están destinados a enfrentarse, lo cierto es que a cuadro las actrices hacen uso de sus mejores herramientas para jugar a la comedia fársica con un toque pop, ligero y muy, muy disfrutable. Ambas entienden que, para una película de este tipo, en el exceso está el tono perfecto. La dupla no se limita. Hacen uso de cualquier clase de zarabanda interpretativa para eclipsarse sanamente, para irse arrebatando la estafeta a lo largo del relato: y esto es una delicia para los espectadores. Siempre es un placer ver actuaciones tan comprometidas en una película de consumo popular, porque para lograr esta clase de liviandad y trivialidad intencionales, hay que saber ejercer el oficio interpretativo.

En el caso de Stone, queda claro que su trabajo es el que está particularmente bajo la lupa. Cruella de Vil es un personaje icónico (citada en más de una ocasión como una de las diez mejores villanas del panteón Disney) y los zapatos que hay que llenar son grandes. Pero Stone sale avante: la actriz ganadora del Oscar® por La La Land consigue no solo entregarnos una sólida Cruella, sino que logra apropiarse del personaje, firmarlo con su pulso histriónico como ya lo hizo en la década de los noventa Glenn Close. Aquí lo interesante, creo, es que Close trajo a la vida al personaje animado, mientras que Stone asume la osadía de reinterpretar al mito.


Empero, para mí el gran mérito de Cruella es de carácter plástico: ver Cruella es como hojear las páginas de una revista de moda. El filme, que es en parte una comedia fashionista y en parte una película de estafa, no escatima en el rubro del vestuario. Cruella —la diseñadora inminente— y La Baronesa —la diseñadora consagrada— no se confirman con vivir su rivalidad a punta de cejas arqueadas y comentarios mordaces, sino que recurren a la moda como arma de batalla. Los cortes, pliegues y zurcidos dan voz a los personajes principales. Es una cosa fantástica, como poner la Fashion Week al servicio de una película Disney.


Dicho esto, Cruella es una contendiente seria al Premio de la Academia al Mejor Vestuario. Lo digo de verdad. Puedes incluso pensarla desde ya como una rival a vencer en la próxima temporada de premios. El trabajo de Jenny Beavan hará que se te caiga la quijada. No por nada, esta vestuarista ya tiene dos premios Oscar® en su repisa por Mad Max: Fury Road (2016) y A Room With a View (1985).

Junto con el vestuario, el trabajo de la dirección de arte y la cámara son también dignos de atención. En Cruella, lo visual es muy importante. Los valores de producción están a la altura de lo que se espera de una producción de esta índole. Sumemos a esto la impresionante banda sonora de la película, construida con canciones de Nina Simone, Blondie, The Clash, Electric Light Orchestra, Queen, los Bee Gess y Florence + The Machine, entre otros.


Sobra decir que, ante los ya citados valores de producción, el trabajo visual tan disfrutable y el soundtrack de campeonato, la mejor manera de ver Cruella es en una sala de cine. Si bien tenemos la opción de elegir entre el cine y el Premier Access de Disney+ ($329.00 en México), lo cierto es que esta película ha sido esculpida con atributos que solo pueden ser gozados plenamente en una gran pantalla, con todos los beneficios inherentes de disfrutar de un relato en una sala de cine.

Muchos han dicho que Cruella es una mezcla entre El golpe (1973) y El diablo viste a la moda (2006). La referencia no es del todo errada. En Cruella caben un ardid criminal y una comedia de maduración en el intrincado negocio de la moda. Y también cabe la venganza como formadora de carácter de nuestro personaje principal. Si te gustan las películas de atracos y las comedias de tutores contra aprendices, vas a gozar de Cruella de principio a fin. Y si te intriga conocer la historia de origen que Disney recién le ha inventado a la totémica señora De Vil, créeme que pasarás un buen rato.


CRUELLA se pre-estrena en salas de cine el 27 de mayo. A partir del día 28, disfrútala en cines y en Disney+ con Premier Access. Un estreno de Disney.

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