Un locutor de radio cínico y que se ha dado por vencido en la vida recibe una llamada al aire que lo cambiará todo. A partir de ese momento, Miguel (Pablo Cruz-Guerrero) comenzará un trayecto muy particular para que un niño con una enfermedad terminal pueda conocer el mar en LA NAVE, la cinta dirigida por Batán Silva (The Boys, The Flight Attendant) que, tras haber aplazado su estreno a causa de la pandemia, finalmente llega a salas de cine, acompañada del sello Garantía Cinépolis.

Fue Pablo Cruz-Guerrero quien, hace más de una década, conoció al personaje que inspiró este filme basado en hechos reales. Desde ese momento, el actor no solo se visualizó a sí mismo como protagonista del relato, sino que afiló el lápiz para escribir el guion del filme. “Yo estaba en ese momento escribiendo para teatro y haciendo la traducción de una obra; pero también quería escribir un guion, una historia de ficción para cine”, recuerda Cruz Guerrero.

Fue entonces que, en Oaxaca, el histrión y escritor conoció al “Miguel” verdadero. “Recuerdo que fue en una comida cuando le empecé a preguntar de su vida, su trabajo de locutor y cómo era que estaba coordinando un programa cultural de Bellas Artes para Oaxaca. Cuando me explicó cómo había llegado a ese punto, supe que ahí estaba lo que estaba buscando, así que le pedí permiso para hacer el proyecto, el guion basado en su vida”.

¿Desde el proceso de escritura tú ya sabías que querías interpretar a Miguel?

Sí. Yo estaba convencido de que, además de escribir el guion, quería estar involucrado en todos los eslabones de la cadena de valor, ver qué podía aportar y aprender. De lo que me siento más orgulloso hoy con esta película es todo lo que he aprendido… y que me reveló también cuánto me falta por aprender. Conocí a tanta gente valiosa, dedicada y apasionada que me han dado su ejemplo para que mi carrera futura tenga referencias para seguir mejorando.

¿Cómo fueron las conversaciones con Batán Silva para involucrarlo como director?

Había escuchado hablar de él como Primer Asistente de Dirección y también había oído que el hombre era una leyenda. No lo conocía en persona y fue gracias a Sandra Solares, una productora y amiga en común, que nos conocimos. Antes de conocerlo, había tocado otras puertas y pedido consejos; siempre me respondían después de leer el guion, pero con tecnicismos muy detallados y hasta ahí. Luego cuando conocí a Batán, me hizo dos preguntas antes de entrar a lo técnico: “¿por qué particularmente tú quieres contar esta historia?” y “¿qué quieres tomar?” Una botella de mezcal después ya habíamos comentado cada escena de la película, ya habíamos platicado de que era lo que nos esperaba en los próximos años, que era una tarea en la que nos queríamos involucrar los dos como equipo. Hoy, los resultados están en pantalla.

¿Qué clase de experiencia va a encontrar el público que elija ver LA NAVE cuando se estrene y por qué tiene que apostar por ella?

Porque se van a encontrar con una experiencia alegre y un México inspirador. Hoy en día, estamos rodeados de muchísimas imágenes crudas y negativas de nuestro país y, aunque no creo que esas impresiones deban ser omitidas —se deben usar para concientizar—, pienso que también hay que recordarnos lo positivo.

LA NAVE deja una sensación bonita en el corazón y creo que eso es lo que estamos buscando para quitarnos el ruido que tenemos en la mente, ver que hay héroes reales que no tienen superpoderes y que están haciendo el bien, dejando huellas en su camino. Son personas que están a nuestro alrededor y no son inalcanzables, sino que son parte de nuestro México.


LA NAVE es un estreno de Cinépolis Distribución. En cines desde el 12 de mayo.

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Entrevista por Arturo Garibay para TOPCINEMA
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