★ ★ ★ ½ | Por Arturo Garibay
Historia de un crimen es un drama alemán dirigido por Marcus Kreuzpainter (Trade, 2007), quien se ciñe con precisión a las reglas de los buenos dramas de juzgado, consolidados como un subgénero que demanda de mucha claridad narrativa y dominio estructural. El filme está basado en la novela de Ferdinand von Schirach y echa una nueva mirada a una de las más grandes heridas abiertas que nos heredó el siglo XX: los crímenes y abusos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. En parte desdibujados por las historias oficiales, en parte desterrados de la memoria, en parte arropados por legislaciones añejas hechas a la medida, esos crímenes quedaron impunes.
Historia de un crimen es una mirada del presente hacia el pasado. De cierta forma, lanza preguntas sobre si el presente debería asumir responsabilidad moral, ética y/o legal por los delitos del pasado. De otro tiempo. De otra generación. Con el empaque de un drama de juzgado bastante comercial y accesible, la película invita a hacer una reflexión sobre la justicia histórica.
Caspar Leinen (Elyas M’Barek) es un joven abogado que recibe su primera oportunidad de trabajar como defensor de oficio de un hombre que ha cometido un asesinato a sangre frío. O al menos eso es lo que muestra toda la evidencia. El abogado, que ya se siente satisfecho sólo por hacer su debut en la corte, comenzará a hacerse preguntas muy puntuales en el transcurso del caso, se debatirá entre hacer lo correcto o seguir la corriente. Por si fuera poco, el caso lo compromete a nivel personal pues tiene un lazo con la víctima del homicidio.
M’Barek, quien hace el papel principal, es un actor alemán de ascendencia austriaca y tunecina, hace un papel por demás convincente. Su actuación transmite tanto la inexperiencia como la determinación de su personaje: un hombre idealista y decidido no solo a cumplir con la ley, sino a desgranar de ella lo más cercano a la justicia verdadera. M’Barek es un rostro bastante interesante. Se le puede ver en la versión alemana de Perfectos desconocidos, así como en la trilogía Fack ju Göhte (en la cual está basada la película mexicana No manches Frida). Además, el actor protagoniza el drama Was wir wollten, con el que el cine austriaco buscará una nominación al Oscar el próximo año. Una carrera en ascenso rotundo. Papeles como el de Historia de un crimen dejan patente su potencial.
Por otro lado, el papel del presunto homicida de la película es interpretado por Franco Nero, actor italiano de probada trayectoria y que ha trabajado con los más grandes auteurs así como en piezas de Hollywood de gran éxito comercial. El trabajo de Nero en Historia del crimen es muy interesante. Su personaje pasa casi toda la película en silencio. Y así, desde el mutismo, el actor consigue transmitir emociones contundentes, arrolladoras.
Historia de un crimen tiene una puesta en cámara mesurada, su apuesta es la de envolvernos con su argumento y sus estupendas actuaciones. De verdad, entrega una experiencia muy entretenida y atrapante. La película ciertamente sigue los puntos de la plantilla del drama de juzgado, pero su papel tampoco es el de revolucionar un subgénero entero. En todo caso, hace un buen uso de los tropos del courtroom drama para mantener atento al espectador, que querrá saber el desenlace, los secretos… y acompañar al protagonista en su camino a la verdad, incluso si para la justicia fuese demasiado tarde.