★ ★ ★ ½ | Por Arturo Garibay
¡El mundo se va a acabar! Una mañana sales del trabajo, te diriges a la casa de tu esposa con la que llevas una relación ríspida, ambos están en el umbral de la separación. Ahí te encuentras a tu hijo. Te da mucho gusto verlo. En las noticias, hablan sobre el emocionante avistamiento de un cometa. De pronto y sin mayores explicaciones, recibes una extraña alerta en tu celular: tu familia y tú han sido de los pocos seleccionados por el gobierno para ingresar a un refugio. Es muy importante que te presentes ¡ya!
El día del fin del mundo (Greenland) es una película de catástrofe dirigida por Ric Roman Waugh (Agente bajo fuego, 2019) y que se presenta como una experiencia muy entretenida, comedida y casi catártica (al modo Hollywood, claro) en un año en el que todos quisiéramos encontrar refugio.
Como suele pasar en este tipo de relatos de factura reciente, además de ver a los personajes correr por sus vidas, los realizadores no pierden la oportunidad para mostrarnos a seres humanos en su punto de quiebre, en su límite, masificados: cuán mezquinos, egoístas y despreciables podemos ser. Para salvar nuestro pellejo, ¿forzosamente tenemos que pisotear el pellejo ajeno?
En ese sentido, los elementos de El día del fin del mundo son los mismos que en cualquier otra película de Hollywood de la misma estirpe: corre con todas tus fuerzas, la familia debe estar unida hasta el final y todas esas cosas que seguro esperas ver. En ese aspecto, no decepciona.
Gerard Butler hace el papel de John Garrity, un ingeniero que busca salvar a su familia del cataclismo inminente. Morena Maccarin es su esposa Allison, mientras que Roger Dale Floyd hace el papel de su hijo Nathan.
Butler se ha hecho de una sólida reputación en esta línea de cine comercial, la que nos muestra al héroe enclavado en una misión imposible, afrontando obstáculo tras obstáculo. Incluso en sus películas más medianas, Butler siempre cumple en este tipo de roles, su trabajo a cuadro se ha convertido en una garantía pues parece haber llegado a un entendimiento total de lo que este tipo de filmes demandan de él. Con Butler no hay pierde, uno ya sabe a lo que va.
Estructurada como una road movie de supervivencia, en El día del fin del mundo vemos a los personajes en un trayecto rumbo a la salvación: la meta es llegar al refugio seguro que, con suerte, podría permitirles sobrevivir al impacto inminente. Su diferenciados es, quizá, que la película no está armada a partir de los efectos visuales. Es decir, los efectos no son quienes rigen la película: el filme, que si bien tiene sus impactos de fragmentos de meteorito, escenas de destrucción y explosiones grandototas como dicta el canon, está construido en torno a los personajes. No hay un abuso de pirotecnia, en ella resuenan más los gritos y la desesperación de los personajes que los estallidos.
El día del fin del mundo es un filme bastante decente en su nicho. El espectador saldrá satisfecho porque la pieza —comercial y atrapante— cumple con todas sus promesas. Puede que no nos dé ningún extra, pero lo que nos da está bien servido. Es más, me la imagino como la clase de película que, dentro de algunos años, te encontrarás en la televisión ya empezada y de todas formas te quedarás a verla porque sabes que es entretención garantizada.
EL DÍA DEL FIN DEL MUNDO llega a cines de México este 19 de noviembre con funciones de pre-estreno el 16 de noviembre. Un estreno de Diamond Films.
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