Alrededor de 2006 y en plena Plaza de las Tres Culturas de la CDMX encontramos a Mariano (Roberto Andrade), un egresado de la carrera de guionismo que lleva ya más de seis años sin hacer absolutamente nada, excepto ver películas en casa y dar una clase de apreciación cinematográfica de vez en cuando a gente de la tercera edad en un asilo. Este parásito que vive bajo el cobijo de una madre que trabaja todo el día, sufre un cambió repentino de suerte al recibir una visita familiar inesperada y que lo conduce por caminos de amor y un toque de violencia.
OK, está bien… es una comedia obscura y opera prima de la directora Gabriela Ivette Sandoval, escrita y protagonizada por Roberto Andrade. El filme nos ofrece un homenaje diferente para todos los que se dedican a la escritura cinematográfica y nos da una visión intensa de una familia rota por diversos ángulos. Adicionalmente, la película está llena de buenas referencias y consejos para aquellos que incursionan en el cine.
OK, está bien… forma parte de la competencia oficial por el premio Mezcal del Festival internacional de Cine de Guadalajara. Ante ello, TOPCINEMA tuvo una charla con su directora Gabriela Sandoval y el guionista y protagonista Roberto Andrade, quien incluso nos confesó que la cinta fue pensada como una trilogía. Fue una plática muy amena e interesante donde nos compartieron aspectos personales, sus retos y visión fílmica.
¿Cómo se dieron los primeros pasos de esta película y cuáles fueron las primeras impresiones al leer el guion?
GABRIELA SANDOVAL: Lo leí en 2009, fue el primer draft y a mi se me hizo muy muy divertido, estaba entrando a la escuela cuando Roberto ya había salido.
ROBERTO ANDRADE: De primeras le dije “no”, es la película con la que yo voy a debutar, pero como un año después empezó a ganar varios premios de guion y juntó una lanita… y yo vi que le tenía un amor enorme al guion, me fue imposible decirle que no y “pues órale”. Así fue como la película salió adelante con el cariño y dedicación de Gaby.
Obviamente la película está dedicada a los guionistas. ¿Qué reacción esperas obtener de ellos?
ROBERTO ANDRADE: Es una película sobre guionistas con mucho cariño y amor guionístico. De hecho, la película esta dedicada a todos los guionistas del mundo que estamos un poco locos. Gaby también es guionista. Supongo que habrá “hate” de ciertas personas que no están muy involucradas con el arte o con el quehacer artístico y que van a opinar lo primero que les pasa por la cabeza; pero de los guionistas no. Yo creo que los guionistas son los seres más inteligentes, cultos y con mayor capacidad de análisis de la industria cinematográfica.
¿Qué tan diferente es Mariano a ti (Roberto Andrade) y cómo fue el proceso de inmersión al personaje?
ROBERTO ANDRADE: Mariano tiene lo peor de una persona, por eso fue tan divertido hacerlo. No tiene filtros que yo tengo en la vida real y sí tenía que irme a un lugar bastante obscuro, bastante egoísta al momento de interpretarlo. A grados que de repente Gaby tenía que ponerme un alto.
GABRIELA SANDOVAL: Como el escribió los diálogos, para mí fue la mejor decisión que él interpretara al personaje. Roberto no lo dice pero si se apuró a darme la película. porque si en ese momento no la hacíamos, él ya no iba a dar la edad, porque en la película se supone el está a punto de cumplir 30. Entonces estábamos en el límite. Como él escribió los diálogos, él sabía cómo se debían de escuchar, yo no creo que alguien podría haberlo hecho así de bien.
La película no está ambientada en la actualidad, pero tampoco nos remonta a una pasado lejano. ¿En qué año se pensó para ser grabada y cuales fueron los retos que esto presentó?
GABRIELA SANDOVAL: Se desarrolla en el año en el que se escribió el guion, que fue el 2009. En cuanto a los retos, por ejemplo, grabamos en la Cineteca [Nacional] y ya estaba remodelada, entonces escogimos planos en los que no se viera todo el complejo. Luego está el uso de teléfonos públicos. Sí, ya había celulares pero no era tan común; lo del reproductor de DVD, en ese momento era caro, ahorita ya ni existen; pero antes en el metro cuando tú te subías vendían películas piratas y los vendedores llevaban su reproductor para mostrarlo.
En lo que respecta a lo visual, siempre se inclinaron porque la película fuera en blanco y negro o ¿trabajaron aspectos de color durante el rodaje?
ROBERTO ANDRADE: Yo siempre me la imaginé a blanco y negro, pero cuando estuvo en manos de Gabriela se platicó y se llegó también a esa decisión. Yo no me arrepiento en lo mas mínimo, a la película le esta yendo muy bien y está haciendo mucho ruido y no creo que sea un tema a final de cuentas. Era muy claro que queríamos homenajear el cine independiente de los 80s y 90s de Estados Unidos, que nos fascina. Creo que el blanco y negro le funciona mucho a la comedia y a cierto espíritu independiente.
En cuanto a la narrativa, hay un par de movimientos diferentes y digamos un tanto experimentales, esto ¿surge desde la mesa? Y ¿qué buscaban en cuestión de cámara?
GABRIELA SANDOVAL: Lo que pasa es que la comedia es muy restrictiva en temas de realización, tampoco te puedes poner a experimentar, porque justo lo que no quieres es que se entorpezca el camino de la risa. Eran una puesta en cámara y una puesta en escena que no se sintieran. En realidad la cámara lo que se buscaba era priorizar las actuaciones, los diálogos, los personajes, la historia en sí, porque es como el valor más fuerte de este proyecto y raras veces en el cine mexicano se da peso central al guion, a que haya una buena historia y que eso es lo que hay que resaltar.
ROBERTO ANDRADE: A parte lo que dice Gaby es importantísimo, la comedia es uno de los géneros más vilipendiados en la cinematografía. O sea, no se le tiene mucho respeto, pero yo creo que es lo más complicado de hacer. Necesita ser muy ágil, necesita cierto timing, necesita estar sumamente cuidada.