★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

Estrenada el año pasado en la competencia oficial de Sitges, el festival de horror y fantasía más importante del mundo, Los Intrusos es una pieza que sabe ganarse la atención de los fanáticos incondicionales del cine de género. La película abre su primer acto como una película de robo pero rápidamente da un vuelco que puede llevar al espectador al desconcierto, la angustia y la desesperación.

Maisie Williams —claramente resuelta y emplazada a dejar claro que ella es mucho más que la Arya Stark de Game of Thrones— interpreta a Mary, una joven que va tarde al trabajo porque su novio Nathan (Ian Kenny) se ha llevado el coche. Pronto descubre que Nathan y dos compinches están aparcados cerca de una vieja casona donde viven dos ancianos adinerados. Su intención es meterse a la finca, abrir una caja fuerte y forrarse con el dinero de los viejos.

Lo que parece un robo ordinario da un giro pesadillesco. La chica y los tres ladrones de poca monta ven cómo la situación se va descomponiendo gradualmente tras la aparición de los ancianos, que habían salido un momento de casa. En este punto, el relato de “hurto y caja fuerte” se transforma en un thriller de horror donde habrá sangre, violencia, delirio y turbación.

Los Intrusos es el primer largometraje de ficción de Julius Berg, un director que presume bastantes créditos en la televisión francesa. Su película, que ocurre en su mayoría en los asfixiantes interiores de una casa, recurre a la oscuridad y las atmósferas opresivas para alimentar la inquietud de los espectadores. Lo mismo hace con el exceso interpretativo, pues en Los Intrusos hay mucho aspaviento, gritos e hipérboles interpretativasa. Si bien estos recursos pueden resultar regularmente chocantes, en la pieza de Berg son bien recibidos, encajan con el tono de lo que estamos viendo.

En ese sentido, huelga decir que Los Intrusos no es una película ni disruptiva ni novedosa. La película echa mano de recursos ya de sobra sabidos, de giros de tuerca de manual; está cantadita, vaya. Pero el ritmo es adecuado, el absurdo es tolerable y hasta familiar para una película de esta índole y las atmósferas funcionan.

Con todo, quizá lo más notable del filme sean las actuaciones del veterano Sylvester McCoy y la popular Maisie Williams. Ella en particular cumple con la promesa que nos hizo el año pasado en la entretenida Los Nuevos Mutantes pues nos muestra sus aptitudes para el género, para ser una scream queen que intenta ser su propia heroína.

Al final, Los Intrusos puede ser arquetípica y machacona, pero eso no reduce el factor de entretención que de verdad creo que puede producir entre los incondicionales del terror y sus derivaciones.


Los Intrusos entran a tu sala de cine mexicana favorita desde el 21 de enero. Un estreno de Zima Entertainment.

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