★ ★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

Esta no es otra película de venganza. Es una película sobre la verdad, la justicia y la dignidad. Es una película sobre la larga tradición de masculinidad tóxica que hemos consentido como sociedad. Es un relato sobre las malas (y normalizadas) prácticas de las relaciones entre hombres y mujeres. Es la historia de una mujer llevada al límite, estrujada por la inmoralidad y la tragedia, una mujer que busca el equilibrio por cualquier medio en un mundo permisivo… siempre que el favorecido sea hombre.

Hermosa Venganza (Promising Young Woman, 2020) es radical, es cierto, pero eso en lo que demandan el aquí y el ahora para catalizar las muchas conversaciones urgentes que tenemos pendientes. ¿Motorizar la discusión desde lo incómodo puede ser controvertido? Sin lugar a dudas.


Cassie (Carey Mulligan) trabaja como barista en un pequeño café. Hace años que abandonó la escuela de medicina. Su relación con sus padres es ríspida. La oprime el recuerdo de una vieja amistad perdida. Por las noches, Cassie sale a algún bar donde finge estar ahogada de borracha. Lo que descubre una y otra vez no es sorpresivo: siempre hay un hombre “amable” que al verla en mal estado se ofrece a llevarla a casa, pero con una doble intención: tomar ventaja de su estado para abusar de ella. Pero Cassie está dispuesta a enseñarle a cada uno de estos “cabelleros” una lección. En Hermosa Venganza, Cassie es la paladina, la “vigilante” que hace hace frente a esos hombres empoderados por su masculinidad mal entendida.

En Hermosa Venganza, las anquilosadas justificaciones como “no pasa nada, es que así son los hombres” o “ella tiene la culpa, para qué se emborracha” son puestas en jaque. Emerald Fennell escribe y dirige una pieza cáustica e irreverente, pero también importante e imperativa. La de Fennell es, en ese sentido, una película generacional, un relato à la “hito de nuestros tiempos”, un documento fílmico de actualidad, un reclamo pertinente, una llamada a nuestra sociedad. Es muchas cosas, cierto, y eso incluye que es una película entretenidísima, atrapante y magnética. Lo digo sin hipérbole. Sus cinco nominaciones al Oscar son más que merecidas.

Carey Mulligan es la poderosa fuerza gravitacional en torno a la cual gira la película. La actriz se anota otra interpretación de campeonato y ratifica su talento rotundo. Mulligan no es una figura mediática, es una actriz en toda regla, una artesana del oficio interpretativo. En Hermosa Venganza la vemos interpretar con soltura y convicción a Cassie, el personaje principal del relato. En la actuación de Mulligan conviven la fragilidad y la fortaleza. Porque Cassie es una mujer potente que pende de un hilo. Con su actuación, Carey Mulligan dignifica y honra las emociones femeninas allende las denostaciones sociales.


Mención aparte merece la banda sonora, articulada con la partitura original de Anthony Willis y un cancionero pop interesantísimo, que incluye a Charlie XCX, FLETCHER, Cyn, Juice Newton, Donna Missal, Paris Hilton y las Spice Girls, entre otras. La mezcla de éxitos clásicos y nuevos es monumental. El soundtrack incluye además la mejor versión instrumental que pueda existir de “Toxic” de Britney Spears, adaptada precisamente por Willis.

Hermosa Venganza es un golpe directo. El guion es sólido; las actuaciones, genuinas; la puesta en cámara, certera. Su discurso no duda en ser espinoso de principio a fin. Sí, habrá a quien le parezca insultante. No podría ser de otra manera hoy en día. Y, más importante aún, la película no se siente enclavada en ningún movimiento (ni #MeToo ni ningún otro) sino en la realidad cruda que hemos construido… y que tenemos que destruir para reconstruir. Ahí, quizás, radica la bella brutalidad de esta pieza necesaria e imperdible.


Hermosa Venganza (Promising Young Woman) es un largometraje escrito y dirigido por Emerald Fennell. En cines mexicanos desde el 8 de abril. Un estreno de Universal Pictures.

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