★ ★ ★ ★ | Por Felipe Flores

Advertencia: Esta crítica contiene spoilers

Latinoamérica es cuna de interminables mitos. Muchos rayan en lo desconocido, pero otros —aunque nos den más terror que el acostumbrado— suelen ser un reflejo de nuestra triste realidad. El director Jayro Bustamante logró combinar perfectamente ambos aspectos: en La Llorona conviven una leyenda famosa y un hecho real de auténtico terror.

Guatemala fue sede de un régimen militar de 1960 a finales de los años 90, con el antiguo Jefe de Estado, el General Efraín Ríos Montt, como principal protagonista. Junto a su equipo de gobierno, Ríos Montt fue acusado de genocidio, terrorismo y tortura sistemática contra la población maya. Durante su régimen, más de 200 mil personas fueron asesinadas o desaparecidas.

Este hecho sirvió como inspiración para Bustamante, quien nos cuenta la historia de Alma (María Mercedes Coroy), una mujer indígena cuyos hijos fueron brutalmente asesinados por el régimen de Enrique Monteverde (Julio Díaz), un General retirado que después de 30 años deberá rendir cuentas ante la sociedad. En el filme descubriremos que la corrupción sigue siendo un plato que se come frío en todo el mundo.

La injusticia provoca que el espíritu de La Llorona se libere para vagar como un alma perdida entre los vivos. Sus sollozos y lamentos encuentran oídos en el retirado general que parece estar perdiendo la cordura que le queda en sus últimos días, mientras que su familia lo ve como una víctima de la demencia senil.

La Llorona ha sido aplaudida en todo el mundo, ha triunfado desde Italia hasta Estados Unidos. El cuento mágico de Bustamante encuentra su gran fortaleza en un guion que sirve para completar la Trilogía del Desprecio, que incluye Ixcanul (2015) y Temblores (2019). La mezcla entre los relatos mágicos y la crudeza política nos entregan una historia que deja los pelos de punta.

Las actuaciones no pasan desapercibidas en La Llorona. Existe una buena comunión entre todo el elenco, cuyo trabajo está apuntalado por el guion de Bustamante y Lisandro Sánchez. Tanto María Mercedes Coroy, Sabrina de la Hoz, Margarita Kenéfic y Julio Díaz entregan un trabajo muy pulcro.

Resulta bastante comprensible que esta obra tuviera tan buena aceptación. El género del suspense suele ganar una fuerza particular en aquellos relatos que vienen desde las verdades más profundas y nos enfrentan con traumas socioculturales de actualidad. Podemos citar como ejemplos la persecución de mujeres que vimos en Akelarre de Pablo Agüero o La Bruja (The VVitch: A New-England Folktale, 2015) de Robert Eggers. En el caso de La Llorona, sentir que al final el ente sobrenatural logra su objetivo nos deja con una sensación de bastante confort, contrario a lo que se pudiera pensar.

Inspirada en uno de los eventos más dolorosos del siglo XX en la historia guatemalteca, La Llorona mezcla la fantasía con la realidad para entregarnos una historia de sólida. El filme parte de los horrores de la realidad hasta enredarse con las sombras de una figura de leyenda.


La Llorona es un estreno de Cine Caníbal. No te la pierdas durante abril como parte de la 69 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.

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