★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

El actor Jason Statham y el cineasta Guy Ritchie son viejos conocidos. En 1998 filmaron juntos Juegos, trampas y dos armas humeantes, ópera prima de Ritchie y primer largometraje en la filmografía de Statham. Así que son hermanos de debut cinematográfico. A lo largo de más de 20 años han trabajado juntos en filmes como Snatch (2000), Revólver (2005) y la flamante Justicia implacable (2021). Huelga decir que son muy interesantes como tándem creativo. Y aunque Justicia implacable es quizás la película más débil de entre todas sus colaboraciones, vale la pena verla solo por acompañarlos en su reencuentro fílmico.

Un hombre conocido simplemente como H (Statham) entra a trabajar a una empresa de transportes blindados como guardia de seguridad. Su integración al equipo ocurre unos meses después de que sucediera un fatal atraco contra una de las unidades, donde perdieron la vida dos guardias. El entramado del relato nos lleva a descubrir que la llegada de H no ha ocurrido por mera casualidad.

Justicia implacable es, en el terreno del género, una pieza interesante. Por una parte, se erige como una película de atraco y estafa; por el otro, como una película de venganza. Y todos sabemos que Statham y Ritchie saben convivir muy bien en esa atmósfera. No es de extrañar que la cinta se abra sus espacios para que Statham nos muestre lo que mejor sabe hacer como estrella de acción. Empero, Justicia implacable no es una película perfecta.

Los principales problemas de la película son de carácter narrativo. Pongo un ejemplo: hay un fallo muy concreto en la película que no he podido identificar si es producto del guion o del montaje… o de ambos. Pero impacta la experiencia del espectador. En el arranque del filme, Ritchie nos relata el suceso detonante de la trama: el asalto al camión blindado. Ya entrados en el segundo acto, el cineasta nos regresa en dos ocasiones más al inicio de la película para volver a contarnos lo que ya vimos, pero con un cambio en el punto de vista: el del protagonista y el de los criminales. Esto resultaría interesantísimo si hubiera incidido en una reflexión sobre cómo un mismo hecho puede transformarse cuando el punto de vista cambia. Pero el recurso narrativo es usado con superficialidad. Y así es como Ritchie nos explica ciertas cosas a lo largo del filme. Lamentablemente, no nos permite acortar nuestra distancia respecto a los personajes. Si bien es cierto que las narrativas múltiples no son extrañas en el cine de Ritchie, acá sí que se sienten impostadas.

[El siguiente párrafo contiene spoilers. Para leer, selecciona con tu cursor]

Otra cosa de la que adolece la película es que, al final, Ritchie masacra a todos sus personajes secundarios casi con desapego, aniquilando de la manera más perezosa posible cualquier línea arguental establecida en la cinta entre el personaje principal y quienes le rodean. Y bueno, también se entiende un poco porque a la película le sobran personajes.

En el terreno técnico, Justicia implacable es una pieza muy elegante. La cinematografía de Alan Stewart es fantástica, particularmente en las escenas que involucran espacios urbanos. No es de extrañar que Stewart y Ritchie estén hilando su tercera colaboración consecutiva tras Aladdin (2019) y Los Caballeros (2019). Y tal parece que esta mancuerna seguirá generando cosas juntos. El entendimiento entre el director y su cinefotógrafo es evidente pues, como ya lo he dicho, el trabajo de cámara sí que es un deleite. Esto no es raro en Ritchie, quien siempre es cuidadoso en el terreno visual.

Cabe señalar que Justicia implacable es el refrito en inglés de la película francesa Le convoyeur (2004), una cinta de factura más modesta pero mejor resuelta estructuralmente, incluso si ha envejecido mucho en cosa de tres lustros. Aquella cinta de Nicolas Boukhrief tenía como protagonistas a Albert Dupontel, Jean Dujardin y François Berléand. Para su versión, Ritchie ha reclutado a Josh Hartnett, Holt McCallany, Eddie Marsan, Laz Alonso, Rob Delaney, Scott Eastwood y hasta Andy García para un cameo que parece más un lujo que una necesidad.

Llegar a Justicia implacable con expectativas demasiado altas puede ser contraproducente. Hazte un favor y no laceres tu experiencia como espectador. Si llegas al cine pensando que vas a ver una película palomera o resultona, entonces sí puede que salgas sintiendo que la cinta te entregó más de lo que buscabas. Pero si haces como yo, que vi la película rebasado por la emoción de ver a Ritchie y Statham colaborar de nuevo, puede que llegues a sentir que se queda corta respecto a lo que la dupla nos ha demostrado que puede darnos.


JUSTICIA IMPLACABLE es un estreno de Imagem Films.
En cines desde el 20 de mayo.

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