La mayoría conocemos al actor Aldo Escalante por su papel de Carmelo en la exitosa serie cómica Club de Cuervos (2015-2019). Pero esta por cambiar: Escalante asume el reto de protagonizar una película para Netflix, la cual se titula FONDEADOS. Dirigida por Marcos Bucay, la cinta explora el mundo del emprendurismo a través de un par de atolondrados pero bien intencionados amigos que recibirán un empujón inesperado gracias a una idea absurda para una app.

En el umbral del estreno de FONDEADOS, en TOPCINEMA charlamos con Escalante sobre la aventura de hacer esta cinta, el trabajo para crear una química palpable con su coprotagonista Ricardo Polanco y lo que desde su perspectiva puede esperar el gran público que le de play a la película en Netflix.

¿Cómo fue tu camino para quedarte en FONDEADOS y convertirte en protagonista de una película de Netflix?

[El director Marcos] Bucay y yo nos conocimos en Club de Cuervos, nos caímos bien y nos dimos cuenta de que coincidimos en la forma de ver la comedia y el tipo de proyectos que queríamos hacer. Después de “Cuervos” platicamos sobre hacer un proyecto en conjunto y así se sembró la semilla.

Pasaron alrededor de cuatro años en los que ya no tuve contacto con él, después me enteré de que estaba haciendo un casting para su película y le escribí para que me considerara. Comencé el proceso de casting y  yo estaba dispuesto a luchar por el papel. Me preparé mucho y pasé a la segunda etapa, donde Marcos ya estaba involucrado.

Ese casting duró unas tres horas, las cuales resultaron extenuantes pero enriquecedoras. En la tercera etapa ya estaba mi compañero Ricardo Polanco, ahí se buscó la química en cámara. Con Ricardo tengo una historia larga, ambos estudiamos actuación cuando éramos adolescentes y no nos habíamos vuelto a ver desde entonces, fue la primera vez que actuamos juntos de nuevo. La química fue increíble y nos terminamos llevando impresionante, algo que creo que se siente en la película.

Esto es interesante porque, ciertamente, la película necesitaba que hubiera una conexión de amigos que se sintiera “muy real” entre los dos personajes principales. ¿Cómo fue el trabajo entre Polanco, Bucay y tú para lograr que esa relación de amistad se sintiera genuina?

Con Bucay se hizo mucho trabajo de mesa. Leímos el guion, nos pasamos notas, discutimos cosas y se hicieron correcciones de escenas. Bucay insistía en que Ricardo y yo saliéramos y nos hiciéramos más amigos. Nos juntamos varias veces a platicar, no sólo de la película, sino de nuestras vidas, nuestras familias, gustos… Fueron pláticas íntimas y sinceras, nos agarramos un amor enorme, una confianza como actores y personas. Sentimos mucho apoyo el uno del otro y siento que eso se puede percibir.

Desde tu experiencia, ¿qué le aporta el trabajo de escritorio a un actor?

Para mí es un trabajo que hace toda la diferencia. Si uno entiende al personaje, de dónde viene, quién es, sus deseos y lo que está en juego, se puede lograr que el personaje se sienta más real. Eso la audiencia lo puede percibir, ¿sabes? Cuando el personaje está creado desde un lugar mucho más trabajado que simplemente hacerse el chistoso. Creo que nos ayudó mucho el tener clara la visión de Bucay e incluso cuestionarla y retarla.

Vemos que se está apostando mucho por la comedia en México. ¿Cómo sintetizarías la clase de experiencia que se llevará quien decida apostar por ver FONDEADOS en Netflix?

No he visto una comedia mexicana que tenga lo que provee FONDEADOS. Nuestra película tiene una apuesta distinta, una edición y música diferentes. Tiene la particularidad de que la historia podría ocurrir en cualquier lado, no sólo en México. Es una comedia del mundo de los emprendedores y el mundo tech. Somos los primeros en estar hablando de esos temas en una comedia mexicana.


FONDEADOS está disponible en Netflix desde el 23 de julio.

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