★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

VIEJOS es la nueva película de M. Night Shyamalan. El filme es intrigante y extraño, por decir lo menos. Te atrapa y te hace preguntarte “¿qué diablos está ocurriendo aquí?” Pero su extravagancia, que es su virtud, es un arma de doble filo que termina por poner a prueba al espectador. Con todo, yo no podía despegar los ojos de la pantalla. De verdad quería saber hasta qué punto iba a llevar el director su más reciente divertimento.

Guy (Gael García Bernal) y Prisca (Vicky Krieps) son un matrimonio que está pasando por un mal momento. Acompañados de sus hijos deciden viajar a un resort paradisiaco, con una playa y un clima divinos. Ahí reciben una invitación especial para visitar una playa prácticamente virgen, muy privada y tranquila… Pero también peligrosa, porque una fuerza misteriosa hace que los visitantes comiencen a envejecer a una velocidad acelerada.

En términos tonales y formales, VIEJOS comparte la genética de La dimensión desconocida (The Twilight Zone), aquel serial clásico que nos relataba historias misteriosas e inexplicables, explorando (y revolucionando) los recursos de la ciencia ficción, el terror y la fantasía. Y sí, la flamante pieza de Shyamalan podría ser un episodio de La dimensión desconocida, pero de duración extendida.

El asunto con VIEJOS es que de verdad hace que el espectador desee llegar a la revelación final, que el misterio se desentrañe. Eso funciona porque uno se magnetiza y se compromete con la situación. El problema es que por cada cosa que funciona (la intriga, los actores, el escenario) hay otra tanda de cosas flojas en el relato. La trama es disparatada per sé, así que es fácil caer en lo inverosímil. El reto en películas como estas es que el público debe sentir que lo increíble es creíble. Crear un universo fantástico que se sienta verdadero en lo ontológico (desde la óptica de la ficción) no es fácil. Y VIEJOS es una película que corre muchos riesgos en ese sentido.

‘VIEJOS’ NO ES EL DESTINO, ES EL TRAYECTO

Dicho esto, debo reconocer que aunque me gustó, la verdad es que debo subrayar lo que recién dije: por cada aspecto que funciona, hay otro que no. Por cada elemento que te atrapa o subyuga, llega otro que te deja ir, que hace salir del suspenso, del efecto thriller, del desconcierto, para entrar en la risa o en la cuasi-comedia involuntaria.

En la filmografía de Shyamalan, VIEJOS es interesante, incluso si se le notan las costuras o le falta aceite a las tuercas. La idea es fenomenal y seductora. La ejecución, algo irregular, un pelín reiterativa por instantes. VIEJOS es una película que, en el terreno creativo, hace mucho sentido con el resto de la filmografía de Shyamalan, que es un poco así, ¿a poco no? Piénsalo:

La obra de Shyamalan incluye piezas redondas y consistentes como El sexto sentido (1999), Señales (2002) o Fragmentado (2016), así como otras más controvertidas y maltrechas, como El fin de los tiempos (2008) o Después de la tierra (2013). Pero si algo tienen en común es que todas parten de premisas cautivadoras, solo que algunas germinan y otras no.


En el caso de VIEJOS, algo que le pasa a Shyamalan es que no exploró totalmente el potencial de su premisa: ¿qué pasaría si de pronto empezaras a envejecer aceleradamente? ¿A qué te confrontaría esa situación sobre ti mismo, sobre tu relación con el tiempo? Le falta, le falta. Empero, el filme de misterio, terror y fantasía da un interesante vuelco hacia la ciencia ficción que nos lanza preguntas sobre la relación entre ciencia y ética, aunque esto sea tratado con burdeza y de forma atropellada.

Al final, creo que quienes gustamos del cine de Shyamalan o a quienes nos gustan los relatos insólitos y extravagantes, vamos a encontrar algo qué disfrutar en VIEJOS. No pasaremos por alto sus defectos, pero podremos disfrutar sus bondades. Y, con suerte, solo habremos consumido 110 minutos de nuestro tiempo biológico… y cósmico.


VIEJOS es un estreno de Universal Pictures. Ya en cines.

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