La filmografía de Everardo González está llena de documentales que han sido aplaudidos tanto por el público como por la crítica. Piezas como La canción del pulque, Los ladrones viejos, Cuates de Australia o La libertad del diablo le han dado al cineasta una reputación dentro de la industria. Y, también, la posibilidad de filmar YERMO.
Hace varios años fue que inició la aventura. González recibió la invitación del fotógrafo Alfredo De Stéfano para acompañarlo en un viaje por diez desiertos del mundo. Viajaron por Mongolia, Namibia, Australia, Chile, India, Pakistán, Islandia, México, Perú y EEUU. ¿El objetivo? Hacer una pieza audiovisual de acompañamiento para las exposiciones de De Stéfano como fotógrafo de grandes paisajes desérticos. Sin embargo, el “Ever” sintió que tenía otra película entre sus manos.
El resultado fue, precisamente, YERMO, una experimentación audiovisual que oscila entre el documental y el ensayo. En TOPCINEMA entrevistamos al director de cara al estreno de la cinta en cines.
¿Cómo fue encontrar tu visión cuando estabas haciendo YERMO, un documental en el que eras “acompañante” de otra lente? ¿Cómo fue el trayecto junto a Alfredo De Stéfano?
Originalmente, yo iba a filmar una pieza de acompañamiento para el trabajo de Alfredo De Stéfano, un fotógrafo y artista visual dedicado al paisaje de gran formato. Así que él era quien tomaba las decisiones relevantes y manejaba toda la gestión de a dónde ir [a filmar]. Lo que yo hacía era seguir el trabajo de un artista, no tenía más presión que esa.
Cuando Alfredo se preparaba para fotografiar el desierto, yo utilizaba esos tiempos para grabar lo que pensaba que era el escenario de la historia y el seguimiento del artista. Pero comencé a grabar de forma inconsciente lo que sería YERMO. Empezamos en 2015 y, un par de años después, al fin me atreví a hablar con Alfredo y decirle que yo veía una película muy diferente a la que él había contratado y pagado. Fue complicado, en especial el hecho de que ahora debía asumir la responsabilidad de hacer una película que crees que existe pero no estás seguro aún.
Fue en la edición, cuando comenzamos a traducir todo lo que podíamos, que el material se nos reveló. Y pensé que podíamos usar el material que normalmente se deja fuera porque rompe esa sensación de lo que ocurre sin la presencia de la cámara. Nosotros evidenciamos la presencia de la cámara y la reacción del otro frente a ella… y eso se articuló como discurso de YERMO.
¿Encontraste puntos de coincidencia entre los desiertos del mundo con, por ejemplo, los desiertos mexicanos?
La vida en Australia, Mongolia, u Ocampo, Coahuila es, de cierta manera, muy parecida. La gente del desierto se parece mucho porque sus necesidades son prácticamente las mismas y la hostilidad del entorno es similar. Todos le tienen miedo a que llegue un depredador a comerse al ganado, o todos viven en condiciones en donde en el mismo día pueden pasar de los 50°C a los -13°C.
La dependencia a los círculos familiares es muy fuerte al igual que la dependencia a las bestias de trabajo. Hay diferencias por su puesto. Hay sociedades más nómadas que otras. En Australia la sociedad es seminómada, los mongoles son eso también, al igual que en el Sahara. Lo que cambia a veces es sus medios de transporte. Pero hay esa relación de hombre-bestia.
CUATES DE AUSTRALIA fue una película anclada a nociones como la identidad, el sentido de pertenencia… ¿dirías que esto se manifiesta también en YERMO?
YERMO es un regalo que CUATES DE AUSTRALIA me dio. Fue gracias a que Alfredo vio esa película que me llamó a hacer este “detrás de cámaras” y me invitó a viajar por 10 desiertos del mundo.
A diferencia de CUATES DE AUSTRALIA, que hace una construcción más naturalista, más de cine directo, aquí se hace evidente que hay un equipo detrás. Lo que permitió el material fue que hiciéramos un ensayo de cómo el extranjero es uno, el que llega con las cámaras, el que irrumpe, se entromete y es incómodo… es uno. El otro es el que nos mira. Ahí está la diferencia, se rompe la ilusión.
¿Cómo definirías la experiencia para el espectador que ve YERMO?
Es una película que puede disfrutarse a niveles distintos. Algunos pueden disfrutar del paisaje, otros más conocedores del cine notará lo que ocurre en la pantalla, el juego que imprimimos; y habrá quien se reconozca en la dependencia de los círculos inmediatos en estos tiempos de pandemia.
Es más ensayística porque no tiene una estructura narrativa. Se que a mí nunca se me habría ocurrido hacer YERMO. Si yo hubiera tenido todo el control, me habría quedado en Mongolia y habría sido una película diferente.
YERMO es un estreno de Artegios Distribución. En cines desde el 12 de agosto.