El Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) celebra su vigésimo cuarta edición. Como ya lo hemos comentado con anterioridad, este será un año muy especial y emotivo para esta fiesta cinematográfica, tanto por sus películas como por sus homenajes, conversatorios y actividades. Es por ello que, en el umbral del arranque del GIFF, en TOPCINEMA nos dimos a la tarea de tener nuestra charla anual con Sarah Hoch, directora del festival.
Sigue leyendo, pues charlaremos sobre cómo es que el GIFF ha logrado consagrar una rotunda reputación internacional, qué lo hace un evento especial, diferente y disruptivo, y por qué sigue siendo una cita obligada dentro del circuito de festivales.
- El GIFF llega a su fiesta número 24 con el tema «24 cuadros por segundo, 24 ediciones de vida». Algo muy importante creo yo es que esto nos recuerda que el GIFF no solo celebra al cine y a las películas, sino también a la gente y nuestras conexiones.
SARAH HOCH: Yo lo veo así también. El GIFF está en sintonía y contacto con el público, pero también con el medio fílmico. Pensamos muchos sobre cuáles son las preocupaciones actuales del ámbito cinematográfico, cuáles son los temas que se tienen que discutir, quiénes son los motores del cine nacional e internacional, esas personas a las que tenemos que invitar, traer, escuchar… Creo que esto es la escencia y la cultura del festival.
- Desde los años de Expresión en Corto, el GIFF ha apostado por crear sinergia con los cineastas emergentes y los públicos jóvenes. Cuéntanos por qué ahora, en la edición 24, sigue siendo tan importante para el festival continuar con esa tradición y con ese empuje con la juventud.
SH: El fomento a la cultura cinematográfica siempre ha sido la misión más grande del festival. Lo vemos desde las nuevas tecnologías, las nuevas historias, los nuevos talentos. Tenemos una residencia cinematográfica que funciona durante todo el año. Tenemos proyectos de formación como el Rally Universitario y el proyecto de documentales Identidad y Pertenencia. Ambos son espacios para dar voz a la juventud, para que puedan tener una plataforma de lanzamiento. Es muy difícil entrar a la industria, que haya apoyos en etapas de desarrollo de tus proyectos cuando eres inexperto o novato. Las residencias funciona muy bien porque son apoyos que llegan a ti cuando eres joven y estás escribiendo, cuando tienes una idea, cuando necesitas saber cómo buscar un financiamiento o un respaldo.
Sobre nuestras audiencias, yo creo que por los mismos espacios de formación que tenemos es que llegan muchos jóvenes al festival. El evento es dinámico, se siente incluyente, todos se sienten invitados, hay un buen ambiente, hay grandes historias de amor, incluso [risas]. Yo sí creo que hay una tradición de pasar tus veranos en GIFF.
El Gobierno del Estado nos hace una encuesta de quién viene al festival. Y ellos traen la idea de que todos los que vienen tienen veintitantos años. La realidad es que la gente que empezó con nosotros hace más de 20 años sigue con el Festival. Y esas personas ya tienen cuarenta o más. Puedo decirte que además de los jóvenes ahora tenemos todavía junto a nosotros, muy fieles, a los públicos originales del festival, donde hay treintones y más viejos.
Nuestra función sigue apuntando a los jóvenes, pero me encanta poder decir que hoy en el GIFF tenemos una gran diversidad de edades. Es en serio, nuestros públicos son muy fieles… y luego ya ni son tan chavos [risas] pero aquí andan.
- El GIFF es un festival internacional, pero creo que es importantísimo subrayar lo que ha aportado al entorno cinematográfico nacional y, particularmente, lo que ha abonado a la escena cultural del Estado de Guanajuato. ¿Cómo describes los logros del GIFF en ese sentido?
SH: Sí hay un parteaguas. Sí hay un «antes y después» del GIFF en el Estado de Guanajuato. Hay una clara cultura cinematográfica que se ha fortalecido a raíz del festival. Y también hay un sello, una aportación dentro de la manufactura cinematográfica en la entidad, la cual se ha derivado de cierta forma del GIFF. Hay, también, una infraestructura más amplia de casas productoras, realizadores de quehacer cinematográfico o audiovisual.
A nivel nacional, creo que somos el festival que rompe paradigmas, rompe barreras, apuntamos por el futuro, aventamos la piedra y hablamos de lo que nadie quiere hablar. El festival no le debe nada a nadie y eso hace que podamos siempre «decir la neta». ¿Qué está pasando, qué funciona, qué hay que cambiar, qué hay que mejorar?
En el GIFF hablamos de formatos cuando nadie quiería hablar de formatos. Recuerdo que el 35MM era el formato… y punto. Pero nosotros llegamos a hablar de lo digital y fue mal visto. No nos creían que el cine podía ser de otros formatos. Hablamos de plataformas de streaming hace ocho años, de por qué los distribuidores le tenían miedo al streaming y por qué los distribuidores no tenían redes sociales, por qué íbamos atrás como país en ese sentido. Y mira cómo evolucionó todo. Todos evolucionamos y me da gusto que nosotros hayamos reflexionado al respecto primero.
Ahora, con la realidad virtual y todas las nuevas formas de contar historias en 360… también nos están madreando por querer entrarle a eso [risas]. Pero ya veremos cómo pinta el futuro. Pero creo que esto es lo fuerte del festival, apostarle al futuro.
- Estamos en la edición 24. Sin embargo, desde hace ya muchos años el GIFF tiene una reputación nacional e internacional dentro del circuito de festivales. Te lo digo porque hay festivales a los que les cuesta décadas construirse una reputación y una identidad en el entorno festivalero.
SH: Uno no es profeta en su tierra. Eso es verdad. A nivel mundial, la actividad cinematográfica se aprecia quizás de manera distinta. Solo ponte a pensar en todos esos cineastas mexicanos que han mostrado sus propuestas aquí, muy diferentes o atípicas, pero en México se les ha dicho: «no sirve, no se entiende, no sé qué quieres contar». Pero esos mismos cineastas se van al extranjero, son aplaudidos y regresan siendo famosos a México.
Algo así creo que nos pasa: a nivel internacional somos muy reconocidos por la calidad de nuestro evento, por la calidad de nuestras plataformas de formación, somos partners con Cannes, Cinéfondation de Cannes, con Rotterdam, con Vancouver, con muchas instituciones internacionales. A veces en México todo se reduce a quién tiene más lana, quién conoce a quién … y esos son los buenos. Así suele ser la cultura, pero en el extranjero lo que habla son los resultados. Y cuando se trata de GIFF, los resultados hablan por sí mismos.
- Identidad y Pertencia ha sido uno de los estandartes del festival. ¿Por qué crees que ha trascendido como lo ha hecho?
SH: Este es el proyecto que está más cercano a mi corazón. Observábamos que los jóvenes, frente a la corrupción, al violencia o la desigualdad que hay en México, podían llegar a sentir que para ellos era imposible cambiar su entorno y eso los entristecía. Y que sus historias no son significativas. Por eso fue que creímos que era importante crear algo como Identidad y Pertenencia, donde los jóvenes guanajuatenses pudieran contar sus historias, que vieran sus visiones y narrativas sí son relevantes y sí contribuyen. Es una plataforma desde Guanajuato para el mundo sobre quiénes somos. Son historias pequeñas pero tan importantes, que le dan mucho valor a las personas, a los jóvenes cineastas que hacen estos relatos. Como sabes, tenemos un espacio especial en Cannes para mostrar estas historias, llevamos a los cineastas de Guanajuato a la presentación de sus pelis. Porque si puedes hacer networking en Cannes, lo puedes hacer donde sea. Ellos vuelven como embajadores de sus comunidades, de sus historias y de México. Viajan con estas historias. Somos sumamente exigentes en la formación, la calidad de lo que estamos produciendo. Hemos tenido mucha suerte con estas películas.
- Otro estandarte es el Rally Universitario. ¿Qué te hace sentir orgullosa de él?
SH: El Rally Universitario también es una gran experiencia de formación, solo que aquí apostamos por la ficción. Recibimos equipos de todo el país. Es un brazo fuerte de formación dentro del GIFF. Mira, me han invitado de todo el mundo a dar pláticas sobre el Rally y sobre Identidad y Pertenencia, el cual ha sido copiado por otros festivales y países, porque la fórmula es maravillosa. Hasta hemos compartido las herramientas sobre cómo hacerlo. Hemos dado pláticas sobre esto para Etiopía, Doha, diversas regiones de Francia, Chile… muchos países se han sentido muy atraídos por estos proyectos que son muy GIFF.
- Háblanos más sobre el puente que han tenidido con la parte tecnológica y de innovación. ¿Qué te hace sentir esta visión disruptiva del festival hacia el cine del mañana?
SH: Somos muy arriesgados. Yo lo tomé esto como un reto personal. Quería seguir creciendo, seguir generando contenido y conocimiento de aspectos de la producción que en su momento eran nuevos, que requerían de contenido generado por cineastas, animadores y otros artistas audiovisuales. Y nos clavamos muchos. Comenzamos a liderar a nivel mundial el tema de incorporar las nuevas tecnologías al festival.
Es curioso porque hay aspectos en los que el cine es muy cerrado. Hay países como Francia donde les gustan las cosas muy tradicionales. Si a México le costó mucho trabajo hablar de cine en términos de «cámaras digitales», imagínate el rechazo de hablar de un cine que se vive desde adentro de la película. Estamos en una pandemia y trabajamos digitalmente. Esto es algo que no podíamos haber imaginado en uno o dos años. Y el GIFF te ofrece un espacio virtual, que es 360, que llegas en avatar. Es una actividad que se ha disparado a raíz de la pandemia. Ya no es una cosa de geeks o nerds, que están en sus submundos con sus avatares y demás. Ahora muchas empresas a nivel mundial hacen sus reuniones en espacios de este tipo, cada día está más cerca el futuro. Lo que pensábamos como «futuro» se ha vuelto nuestra realidad.
- Y con el formato híbrido se refuerza mucho la idea de que todos podemos vivir la experiencia del GIFF.
SH: En cuanto a las actividades del festival presencial, estamos trabajando en un plan A, B y C. Ya tenemos listo el A, estamos con un plan B muy desarrollado también… y el C, pues no queremos llegar a ello, pero ya veremos qué pasa. Igual que el año pasado, le estamos echando todas las ganas y apostando con todo el corazón.
- ¿Por qué no debemos perdernos el GIFF 24?
SH: Es un año especial, de mucha reflexión. Vamos a revisar el trabajo y la herencia del alma del festival, que es Ernesto Herrera. Hay una gran vibra de amor y amistad este año en el GIFF. Y claro, como cada año las películas son buenísimas. Hay muy buenas pelis. Estamos planeando galas, ya veremos si nos permiten hacerlas. La sede de León es sumamente funcional, donde todos los teatros, los espacios y los eventos están a distancia caminable. Habrá food trucks, muchas oportunidades de participar en actividades. Si por alguna razón no podemos usar los teatros por temas sanitarios, nos saldremos a las explanadas.
En San Miguel también estaremos mucho al aire libre. El Rally Universitario arranca en San Miguel, también Mujeres en el Cine y la Televisión, conferencias, talleres… ¿qué puedo decirte? La verdad es que el GIFF 24 viene muy, muy bien.
¿Y sabes algo más? Nosotros cuando convocamos películas pensamos que nadie iba a inscribirse. El año pandémico parecía un año en el que nadie trabajó. Pero lo cierto es que había películas por editar. Al final recibimos más de 3 mil 500 películas de 132 países. Tardamos muchos meses en revisar el material y hacer la selección. Estamos muy contentos con lo que tenemos para ofrecer y sabemos que este será un año muy conmovedor, lleno de amor, un abrazo de amistad del festival con su público.
24 GIFF se celebra del 17 al 26 de septiembre en León, San Miguel de Allende e Irapuato, Guanajuato. Más detalles en el sitio oficial del festival.