★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

¿Cuál es tu motivo para ver VENOM: CARNAGE LIBERADO? De tu respuesta depende el nivel de disfrute que obtendrás de la flamante cinta dirigida por Andy Serkis y protagonizada por Tom Hardy. Puede que ser que, por ejemplo, estés bucando pasártela bien en el cine, que quieras divertirte, ver locuras, que la primera parte te haya gustado lo suficiente como para apostar por una secuela o, simplemente, que Venom te parezca un personaje con mucha ondita. Si cualquiera de estas ideas te representa, ¡excelente!, porque entonces la pasarás bastante bien.

En contraste, si has depositado expectativas muy altas en esta cinta, si buscas la nueva película de referencia dentro de la mitología del «cine de cómics» o sientes que Serkis y Hardy tienen la obligación de firmarte un nuevo tótem cinematográfico para tu adoración… bueno, aquí sí que podrías sufrir el dolor de no ser compatible con tu simbionte.


En VENOM: CARNAGE LIBERADO encontramos Eddie Brock y Venom pasando un momento complicado en su «relación». La convivencia bajo el mismo techo —y en el mismo cuerpo— se ha vuelto difícil para ambos. Cuando el asesino serial Cletus Kasady (Woody Harrelson) solicita una audiencia con Brock, las cosas tomarán un giro cada vez más amargo e, incluso, eso podría provocar el surgimiento de un par de nuevos enemigos para el atribulado ente alienígena y su huésped.

TÓMAME AHORA, VENOM

El meollo de Venom —el personaje— radica en la simbiosis que forja con sus huéspedes. Huelga decir que, en el caso de Tom Hardy, ya comprobamos desde la primera película que actor y simbionte están hechos el uno por el otro. Me encanta la comunión entre ambos, que en esta película está llena de excesos y zarabandas. Si a esto le sumamos que Hardy, con una carrera llena de actuaciones consistentes, ha logrado ganarse el adjetivo de «infalible» en lo que se refiere a su trabajo interpretativo, lo que tenemos es una actuación que el público agradecerá. Ya lo sé, esto es una obviedad porque Hardy está siempre en tono y siempre es convincente.

Como director, Andy Serkis ha apostado por hacer algo muy interesante con sus actores principales: ha apostado por la caricaturización en CARNAGE LIBERADO. No solo Hardy se deschabeta con una interpretación hiperbólica, lo mismo ocurre con el excesivo villano de Harrelson, con la eloquecida actuación de Naomie Harris. La nueva de VENOM es, en lo histriónico, una película ejecutada en modo over the top.


Es por esto que al filme le ha sentado tan bien su tono de comedia absurda. La parte graciosa, chusca y burda de la relación entre Brock y Venom se convierte en parte fundamental del filme de Serkis. VENOM: CARNAGE LIBERADO ciertamente es una película llena de acción, pero también bastante jocosa.

Y es gracias a la comedia buen ejecutada que, los más quisquillosos, optamos por pasar por alto los no pocos defectos del fime: su trabajo visual está lejos de ser memorable, el guion es caótico y atropellado, camina por la cuerda floja de la inconsistencia; la multidimensionalidad que se le intenta imprimir a algunos personajes se siente impostada… en fin, que sus pecados sí que se ven minimizados por el carisma de las personas cuadro y el sentido del humor del filme.

VENOM: CARNAGE LIBERADO será un éxito. Le puedes palomear todo en el checklist de los triunfos taquilleros. No dudes en apostarle, en verla en una sala de cine. Es un espectáculo frenético y alocado para la gran pantalla. Por último, recuerda quedarte a ver la escena que está insertada en los créditos. Wow. Es una tremenda y emocionante sacudida.


VENOM: CARNAGE LIBERADO ya está en cines. Un estreno de Sony Pictures México.

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Crítica por Arturo Garibay para TOPCINEMA.