La Ruta del Talento es una iniciativa de Alfhaville Cinema a través de la cual se celebra el trabajo de realizadores mexicanos. En esta ocasión, el evento hace parada en Guadalajara para proyectar cuatro títulos sustantivos para entender el trabajo del cineasta Iván Ávila Dueñas. Las funciones, a celebrarse en el Cineforo de la Universidad de Guadalajara los días 20 y 21 de noviembre, incluyen ADAN Y EVA (TODAVÍA), LA SANGRE ILUMINADA, LA MAÑANA NO COMIENZA AQUÍ y EL PELUQUERO ROMÁNTICO.

De cara a esta retrospectiva —que incluye un conversatorio con el director a las 20 hrs. del sábado 20 de noviembre—, en TOPCINEMA charlamos con Ávila Dueñas sobre su filmografía, el estilo autoral y la evolución de su carrera audiovisual.

¿Qué representa para ti este conversatorio en el Cineforo para hablar sobre tus películas? Estamos hablando de un espacio donde tus filmes han sido proyectados en el pasado y que además es un recinto icónico para los cinéfilos tapatíos.

Creo que lo más importante es el hecho de que se trata un lugar en el que de alguna manera nos formamos como espectadores. Desde nuestros tiempos ha sido un lugar muy querido y muy habitado porque tenía buena programación. Luego llegó la Muestra [de Cine Mexicano] y se hizo un ambiente muy padre. Ahí estrenamos ADÁN Y EVA (TODAVÍA) y eso tiene su gracia, y es muy significativo para mí, porque fue una gran función; estábamos con toda la expectativa del estreno, así que el Cineforo me trae muchos recuerdos buenos.

Hace ya 18 años que se estrenó ADÁN Y EVA (TODAVÍA). ¿Se ha vuelto más sencillo para ti hacer películas o las dificultades de hacer cine no están relacionadas con la experiencia?

Para mí son dos cosas diferentes. Con ADÁN Y EVA (TODAVÍA) fue como levantar la voz porque en esa época era muy difícil hacer una ópera prima antes de los cuarenta años. Comenzabas a contar historias cuando estabas ya en una etapa de madurez; la generación anterior a la mía es de cineastas que debutaron»tarde», por así decirlo. Era muy complicado porque había solo un fondo en esa época y era difícil ganarle a aquellos que ya traían una obra filmada sólida.

Levantamos ADÁN Y EVA (TODAVÍA) de una forma muy independiente porque era la única forma en la que podíamos hacerlo. Me da gusto pensar que en estos 18 años las cosas han cambiado. Ahora nosotros pertenecemos a la generación de los que ya tienen experiencia filmando, pero la competencia es más ruda porque los apoyos son casi los mismos aunque somos muchos más. Nuestro medio es muy de competencia, hay que buscar fondos donde a veces ganas y a veces no, pero eso no quita que cada tanto vuelvas a filmar de alguna manera. Esa es la ventaja de haber filmado de modo más experimental e independiente, tenemos un esquema de producción en el que si es necesario volver a refugiarse en el mundo de lo independiente, es posible.

¿Han cambiado tus intereses creativos? ¿Dirías que eres el mismo cineasta de hace 17 o 20 años en términos de lo que te interesa filmar o cómo te interesa filmar?

Vas cambiando mucho. Afortunadamente somos entes que se van moviendo, avanzando, creciendo. Tus intereses se modifican también temáticamente, intentas hablar de lo que te preocupa. A mí nunca me ha gustado hablar de mis problemas, me gusta ser más abstracto, darle un poco la vuelta a las cosas, pero los intereses van modificándose también con la edad, así como con las formas en las que aprendes a filmar.

Al principio puedes estar muy temeroso respecto a cómo filmar, dudas sobre si te estás acercando a tener un estilo propio, o cosas así. De repente ya estás más seguro, te diviertes de otra forma. Me gusta esa transformación. Cuando uno revisa filmografias de directores que le gustan, notas estas evoluciones de estilo y temáticas. Me gusta mucho estar atento porque siento que el cine tiene que ver mucho con reflejar las preocupaciones de una cierta edad o momento histórico que te toca vivir. A mi me gusta que eso fluya.

¿La escritura es un proceso que disfrutas o que haces porque no te queda de otra, porque es parte del proceso para poder hacer la película que quieres hacer?

Sí lo disfruto. Son procesos largos. Es muy difícil encontrar un guion que represente todos tus intereses temáticos y narrativos. Así que, en ese sentido, sí lo tienes que crear tú porque es parte del proceso. Pero de igual modo es disfrutable cuando llegas a un argumento que puede ser un guion. Para llegar a tener un guion que quieras filmar, tienes que estar convencido de que a lo mejor te va a costar diez años de vida en el proceso, por decir algo. Yo creo mucho en el proceso de gestión de la película y todo eso implica un nivel de participación e involucramiento que es muy satisfactorio.