★ ★ ★ ½ | Por Felipe Flores

En una entrevista para el medio estadounidense IndieWire, el director Ti West, señaló que existe una especie de hermandad un tanto extraña entre la pornografía y el terror, tanto en sus contenidos como en su censura: “Para mí, el terror y el porno siempre han tenido una relación simbiótica. Quizás el terror está a un nivel superior que el porno, pero ambos siempre han sido marginados del resto”.

Los ejemplos a lo largo de la historia están de sobra, desde el surgimiento del cine slasher, la fascinación por el erotismo o tenerlo como un elemento de antesala a un orgasmo de sangre siempre han jugado con el público pero… ¿Es posible ver esto fielmente retratado en una cinta?

La historia de X nos centra en un escenario bastante común en las películas de terror. Observamos a dos policías sureños discutiendo sobre sus hallazgos, todo con un sonido de rezos y alabanzas emanados de un viejo televisor, como preámbulo para sellarnos en el aire el mantra: “no aceptaré una vida que no merezco”.

Nos situamos en la décad ade 1970, con un grupo de jóvenes cineastas que buscan su gran oportunidad en la industria del cine para adultos. Así llegan a una zona rural de Texas y se convierten en huéspedes de un par de ancianos bastante solitarios. Mientras el elenco se instala y de a poco logra cumplir sus cometidos, los dilemas morales que encasilla el cine porno —combinados con la insatisfacción sexual de nuestros posaderos— nos harán ser testigos de un festín de sangre, pantanos y cuchilladas.

El sexo acompañado de puritanismo es un producto que vende, mismo que logramos rescatar en esta nueva propuesta de Ti West (THE HOUSE OF THE DEVIL), convincente al lograr la estética fílmica setentera. El director homenajea a varias joyas del género como THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE o filmes más sugerentes como DEEP THROAT; haciendo del morbo un motivo más para que esta cinta sea vista, pero sin perder el efecto fresco que causa a la estética del filme.

La fotografía de Eliot Rocket es clave para lograr engancharnos, con cuadros que no solo resultan ser evidentes ejemplos del cine anteriormente citado, sino que algunos colores y efectos nos recuerdan las grandes bondades del giallo italiano. Rocket toma al rojo como color de la maldad y detonante del clímax en este proyecto.

El elenco está a la altura de las expectativas, nos hace pasar del susto juguetón al grito que nos perturba, dejando en claro que Jenna Ortega sigue mostrando su potencial para poder ser la nueva Reina del Grito de su generación.

La premisa que establece Ti West sobre la simbiosis entre el cine slasher y el porno se cumple en X, logrando esa fusión tan delicada sin caer en el contenido vulgar, dando una frescura que en pocos momentos logramos observar en otros filmes del mismo subgénero del terro. Debo decir que puede no tener el dinamismo e inmediatez que muchos apreciamos del slasher; sin embargo, cuando mezclamos esta pausa con los ingredientes más sugerentes como los eróticos, se logra compensar y cumplir la ya citada simbiosis.

X de Ti West no es una revolución al cine slasher, es más bien un buen homenaje que, en definitiva, no es una película más: Es como evocábamos en el mantra inicial, una película que no necesitábamos pero que no sabíamos que merecíamos, un momento agradable, homenajeando al buen slasher pero con el sabor diferente de West en el aire.


X es un estreno de Gussi.


Crítica por Felipe Flores para TOPCINEMA
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