Estrenada en el 20° Festival Internacional de Cine de Morelia y ya disponible en cines selectos de nuestro territorio, BARDO, FALSA CRÓNICA DE UNAS CUANTAS VERDADES es la flamante, personal, exuberante y polisémica pieza de Alejandro G. Iñárritu. En el filme protagonizado por Daniel Giménez Cacho, el actor Francisco Rubio interpreta a un periodista y amigo de antaño del personaje principal. En el relato, se convierte en una suerte de contrapeso, en uno de los instrumentos de confrontación.

Para Rubio, la oportunidad de trabajar para Iñárritu ha dejado una marca definitiva en su carrera. Sobre el trabajo con el aclamado cineasta mexicano, reflexiona: “Alejandro quiere tener desde el principio la certeza de que tú eres el actor indicado para interpretar al personaje, así que diría que el proceso de trabajo con él, como director, empieza desde el casting. Ya en el set, Iñárritu lo que hace es modular, subir y bajar volúmenes”.

En BARDO… encontramos un filme donde la cámara no se limita a contemplar o registrar; por el contrario, la cámara regida por la mirada del cinefotógrafo Darius Khondji presume un comportamiento activo, inmersivo, que cruza por el espacio fílmico con determinación. Esto, por supuesto, se tradujo en un reto particular para el elenco.

“Fue una experiencia de ‘baile’ hacer esta película. El director nos decía ‘tú te tienes que mover del punto A al punto B’ y, en ese espacio, la cámara iba ‘bailando’ con nosotros”, recuerda Rubio. “La cámara era un personaje más dentro de nuestra ficción. Puedo decirte que yo sentía ese baile con la cámara mientras filmábamos. Eso es importantísimo porque todo el tiempo fue cámara en mano”.

“Ari Robbins, que es un genio y fue el operador de la cámara (él hizo los planos secuencia de LA LA LAND), tuvo una comunicación muy cercana con nosotros los actores, sobre todo para crear una relación adecuada con la distancia y con el foco de la cámara. Y, claro, la relación de actores no se volvía de dos, sino de tres, porque ahí estaba la cámara interactuando con nosotros. La cámara cuenta esta película”.

En BARDO, FALSA CRÓNICA DE UNAS CUANTAS VERDADES existe la promesa de que el relato, las potentes imágenes proyectadas en la pantalla, pueden tender un puente emocional y discursivo con la cabeza, el corazón y las tripas del espectador. “Y yo creo que eso se debe a que en la película hay un reflejo de nosotros mismos. BARDO… te invita a ver dentro de ti, es un cine inmersivo, es como subirte a una montaña rusa y ser testigo de un viaje emocionante, que nos pide darnos la oportunidad para encontrarnos y saber quiénes somos”.

La película se estrenará en Netflix en la recta final de este 2022. Sin embargo, por tiempo limitado estará disponible en salas de cine. Huelga decir que la pantalla grande es el mejor lugar para ver BARDO…, y Rubio concuerda: “vayan a verla al cine, por favor, debe ser así porque es una película para verse en grande. En el streaming vas a ver esta cosa enorme de película en una pantalla chiquita, no vas a poder apreciar igual los valores de producción, la fotografía, el sonido… hay que llenar las salas, hay que darle importancia al cine mexicano e iberoamericano”.


BARDO, FALSA CRÓNICA DE UNAS CUÁNTAS VERDADES fue la película inaugural del 20 FICM; ya está en cines selectos de nuestro territorio.

Un estreno de Netflix.


Entrevista por Arturo Garibay para TOPCINEMA
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