Mariel (Karla Souza) es una experimentada clavadista que ha saboreado todas las glorias del deporte. Mientras pavimenta su camino rumbo a los que podrían ser sus últimos Juegos Olímpicos, un velo se derrumba: su entrenador y amigo, Braulio (Hernán Mendoza), es acusado de abuso sexual por una muy joven atleta. El caso llevará a Mariel a confrontar el pasado y darse cuenta del abuso que ella misma ha experimentado.
El proyecto es firmado por el pulso audiovisual de Lucía Puenzo (El medico alemán, 2013), a partir de un guion de la propia Puenzo en colaboración de María Renée Prudencio, Samara Ibrahim, Mónica Herrera y Tatiana Mereñuk. Además, la misma Souza sirve como semilla del proyecto, determinada a dar visibilidad —a través de la ficción— a un tema que ha experimentado en carne propia y que, más aún, es una atroz realidad.
«Lucía Puenzo aborda el trabajo de creación desde la mismísima palestra de los personajes», reflexiona la guionista María Renée Prudencio. «Le gusta la construcción de personajes complejos y que tengan poder narrativo para mover la historia. El reto, creo, era escribir una perspectiva creíble a partir de la subjetividad de un personaje. No es una película sobre las opiniones de los demás, es un viaje íntimo de una mujer que se ha dado cuenta del abuso que ha sufrido. Y que eso seguirá sucediendo si no toma la decisión de denunciarlo».
En el set, Souza reconoce la sensibilidad de Puenzo para trabajar: «Ella nunca tuvo que abusar de mis emociones para que yo llegara a donde tenía que llegar. Me respetó plenamente, nunca indagó en mi vida, confió plenamente en mi capacidad para trabajar. Es una película con un guion bien hecho, con una directora con claridad respecto a dónde ponía la cámara y atenta a los momentos complicados. Como directora, no abusaba de su poder, no se frustraba, no era prepotente. Lucía usaba el poder del director para que todos nos sintiéramos seguros en el rodaje».
«Estaba en juego mi dignidad como sobreviviente [de abuso]», sostiene Souza respecto al acto de valentía que implicó filmar esta película. «Me acuerdo que te hablé llorando después de leer el guion y te dije que era el mejor guion que había leído en mi vida», le comenta Karla directamente a Maria Renée durante la entrevista.
A decir de la protagonista de LA CAÍDA, la experiencia de Prudencio fue clave para llegar al tratamiento de guion correcto para filmar la película. «Creo que la trayectoria de María Renée como actriz y como escritura hizo la diferencia. Ella es una guionista que, además, tiene la visión de lo que significa actuar una escena».
«La ficción nos permitió construir un personaje perfectamente tridimensional y creíble, que es un vehículo para las emociones del público, para las mujeres que se sientan en el cine o en su casa a ver esta película y pueden sentirse reflejadas, que pueden sentir su dolor reparado», complementa la escritora.
«El personaje de Karla [Souza] puede ver su propio abuso cuando lo ve en otra mujer», concluye. «Ese es el gran mecanismo de la ficción, te das cuenta de lo que estás viviendo cuando lo ves en otro, cuando adquieres la distancia. Era muy conmovedor platicar el guion con otras mujeres involucradas en el proyecto y todas decían ‘ay, claro, es así’ o ‘él me habló así’, así nos dimos cuenta en el equipo de escritoras que estábamos llegando a una verdad».
LA CAÍDA formó parte del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Estreno en Prime Video: 11 de noviembre.
Texto por Arturo Garibay para TOPCINEMA
Sigue al autor: Instagram | Twitter | Letterboxd