En 1994, el doctor Jacobo Grinberg desapareció sin dejar rastro. El caso no solo obtuvo cobertura mediática sino que, además, atrajo el interés de ciertos personajes de las esferas de poder. Por años, Grinberg —un visionario neurofisiólogo y académico— consagró su trabajo a investigar fenómenos como la telepatía o el shamanismo utilizando el método científico. ¿Qué fue de este hombre de ciencia y conciencia?
EL SECRETO DEL DOCTOR GRINBERG es un apasionante, entretenido y magnético largometraje documental dirigido por Ida Cuéllar. La pieza —ciertamente especulativa pero también comprometida y potente— se ha estrenado finalmente en salas nacionales seleccionadas.
Ante la llegada de esta imperdible pieza a la pantalla grande, en TOPCINEMA charlamos con el director sobre este filme tan peculiar, en que le coinciden el documental de investigación, las narrativas tipo true crime, y los patrones narrativos del thriller o la ciencia ficción.
“Conocí el caso Grinberg cuando él ya estaba desaparecido. Me interesó no solo porque su desaparición tuviera elementos de misterio o una naturaleza enigmática, sino sobre todo por quién era él: un científico que intentaba demostrar a través de su trabajo fenómenos de percepción extrasensorial, los portentos de los curanderos o shamanes, o el potencial transferido”, recuerda Cuéllar sobre su primer encuentro con la historia de Jacobo y el camino que lo llevó a explorarlo como personaje de un documental.
“Los temas que forman parte de las investigaciones de Grinberg siempre me han interesado. Verlos a través de un científico como él, me pareció algo muy valioso. Sumémosle a eso su desaparición, la historia me fascinó”, añade el realizador. “El camino recorrido para hacer esta película me ha hecho sentir más como un detective o un explorador que como un director de cine”.
La experiencia audiovisual de EL SECRETO DEL DOCTOR GRINBERG está construída con el genoma del cine documental —la hechura es muy académica y cuidada, con recursos como talking heads o investigación de archivo— mezclando ingredientes que son más comunes en el cine de ficción, como la construcción de suspense o los nudos climáticos. “Al principio, la peli que yo quería hacer no era un thriller como lo es ahora; era una cosa más de autor, hasta yo salía narrando; pero luego pensé que lo que de verdad tenía que hacer era una película que me gustaría a ver y disfrutar, sin sacrificar la calidad del relato”.
Sin embargo, Cuéllar también reconoce que el viaje lleva al espectador por una ruta de sorpresas: “ciertamente, empieza como un thriller, pero que luego se va volviendo metafísico, mágico, de ciencia ficción. Me he encontrado con gente que me dice ‘yo pensé que esto era una docuficción’, que les asombra enterarse de que todo va muy en serio”.
El cineasta reconoce, además, que la historia de Jacobo Grinberg llegó a su vida en sincronía con su viaje personal. En ese sentido, relata que “ya estaba en Madrid, tuve un encuentro con Alejandro Jodorowsky, me lee el tarot, me da un acto psicomágico, me vengo a México y es justo en todo ese movimiento que encuentro el relato de Grinberg”.
“Esta película para mí es un proceso de nueve años, la peli y yo ahora somos indisociables”, admite. “Una cosmovisión como la de Grinberg nos conecta con una realidad más sensible, nos hace entender que el lugar que habitamos es más rico, más plural de lo que sabemos o experimentamos de primera mano. EL SECRETO DEL DOCTOR GRINBERG guarda un pequeño tesoro que te invita a hacerte preguntas y a encontrar otra manera de ver el mundo”.
EL SECRETO DEL DOCTOR GRINBERG ya está en cines. Un estreno de Benuca Films.
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Texto por Arturo Garibay para TOPCINEMA
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