Alejandro de Hoyos celebra no uno, sino dos estrenos en las plataformas de streaming Netflix y Vix+. Por un lado tenemos EL SECRETO DE LA FAMILIA GRECO, un thriller inspirado en hechos reales, y por el otro una aparición en un episodio de la renovada serie MUJERES ASESINAS. En TOPCINEMA platicamos con el actor acerca de estas dos participaciones.

¿Qué es lo más importante para ti al momento de colaborar, de compartir escena y de crear junto a otro actor/a frente a cámara?

Escuchar al compañero cuando está hablando fuera de escena, lo que piensa de la escena y del personaje, pero también escucharlos en escena y reaccionar a lo que tu compañero y su personaje te están dando. En segundo lugar es crear un ambiente de trabajo que sea agradable para todos. En la medida que el ambiente de trabajo sea más relajado y amigable para todos el resultado siempre será mucho mejor.

Se dice que en tu adolescencia deseabas ser parte de MUJERES ASESINAS ¿Dirías que dadas las circunstancias, es algo que te tenía que pasar?

Al estrenarse esta serie hace tantos años en la televisión abierta llega con una propuesta muy diferente a lo que se estaba haciendo y lo que estábamos acostumbrados a ver. Me llamó mucho la atención. Siendo adolescente me puse en contacto con una de las directoras de aquella versión, pero su respuesta, aunque amable, fue negativa. En la actualidad yo no sabía que se iba a hacer el relanzamiento de la serie en Vix+, así que cuando me buscó el productor de esta versión para invitarme a participar, se desbloqueó ese recuerdo de mi intento pasado. No se si me tenía que pasar pero que bueno que ocurrió.

¿Qué te dejó la experiencia de trabajar para la serie de MUJERES ASESINAS y para Vix+?

No tengo más que cosas buenas que decir al respecto. La verdad es que la propuesta que Vix+ tiene con lo que está produciendo es algo padrísimo. Los valores de producción, de MUJERES ASESINAS por lo menos, son envidiables y la atención al detalle es máxima. Trabajar con el equipo de la serie fue un regalo, hubo mucha gente involucrada tirando la casa por la ventana para que el resultado fuera lo que es.

En EL SECRETO DE LA FAMILIA GRECO hablamos de una serie que retrabaja, reinventa y replantea la realidad al servicio del entretenimiento. ¿En qué se parece la serie y el hecho real en el que está inspirada?

Se trata de un suceso ocurrido en Argentina en los años ochenta. Tras la caída de la dictadura, una familia se dedicó a secuestrar a gente de su círculo cercano para mantener el estilo de vida que habían tenido. Nosotros trabajamos de la mano con Telemundo y Underground para adaptar esta serie para que sucediera en México. La premisa es la misma, una familia en apariencia perfecta que se dedica a este negocio tan oscuro. No pretendemos ser una serie documental, se trata de un thriller de nueve episodios que te mantiene pegado a la pantalla.

La película de “El Clan” también fue inspirada en este hecho, pero experimentarla es distinto a la serie. ¿Coincides con la idea de que cuando hay una buena historia la manera de abordarla se vuelve inagotable?

Totalmente. La película de “El Clan” pretende estar más apegada a la realidad del caso argentino, mientras que EL SECRETO DE LA FAMILIA GRECO toma la premisa del evento, lo traslada a Jalisco de los ochenta y aplica las particularidades que implica que suceda acá, además de tener un elenco mexicano. La propuesta es muy distinta. Afortunadamente para la ficción y desafortunadamente para la vida, la premisa es una situación que como mexicanos de ninguna manera nos suena descabellada. Nuestro país, Latinoamérica entera, su realidad supera a la ficción.

¿Qué encuentras distinto respecto a hacer proyectos de cine y televisión?

Su parecido es que ambos son proyectos audiovisuales, sin embargo cada uno tiene sus necesidades particulares. Inclusive entre una serie y una telenovela hay diferencias grandes. La telenovela requiere un músculo actoral super trabajado para poder sacar las escenas lo más rápido posible, pues su plan de trabajo requiere unas treinta y cinco escenas al día. La serie maneja idealmente entre cinco y diez, mientras que el cine tiene máximo cuatro. El tiempo y la atención al detalle que se puede prestar según la cantidad de escenas por día cambia mucho la manera de trabajar. No por eso cualquiera de ellas es menos o más disfrutable.


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Transcripción por Andrea Noemi Espejel / Entrevista por Arturo Garibay