“Equis”, somos rápidos

★ ★ ★ | Por Arturo Garibay

A esta saga ya le chillan las balatas. La alineación y balanceo —cortesía del despilfarro presupuestal— no le son suficientes. RÁPIDOS Y FURIOSOS X es una película artificiosamente entretenida, exuberante, explosiva… Pero también hueca y reiterativa.

¿De qué va? De lo de siempre. Una vez más, alguien le tiene resentimiento a Toretto (why oh why?!) y hará todo para destruirlo junto con aquellos a los que ama. En el proceso, a Dom se le llenará la boca una y otra vez repitiendo la palabra “familia” hasta que dicho vocablo pierda su valor y significado.

RÁPIDOS Y FURIOSOS X ofrece, pues, puro sinsentido audiovisual, un Coliseo romano de imágenes bobas e hiperproducidas, un guion pastoso y diálogos insufribles. Todos estos podrían ser recursos virtuosos si se usasen con osadía, pero aquí son puro opio fílmico: La orgía de la imagen nomás por el desenfreno mismo, sin corazón ni seducción sensorial.

Mención aparte en esta bacanal merece Vin Diesel, quien nos entrega su actuación más perezosa y desganada en toda la franquicia. Totalmente acartonado, sin vida, atrapado en un personaje que tiene como cinco películas sin evolucionar.

Los polos opuestos en el sentido histriónico serían, por ejemplo, Michelle Rodríguez y Charlize Theron, quienes con el poquito material que se les da, logran darnos credibilidad y algo de emoción.

No lo dudo, los fans dirán que RÁPIDOS Y FURIOSOS X es una maravilla, así como un adicto cree que lo que consume le sienta bien chido.

Entonces, ¿por qué las tres estrellas? Por Jason Momoa. Estoy consciente de que todavía faltan siete meses de estrenos en este 2023, pero puedo firmar desde ahorita que su personaje va a trascender como uno de los mejores villanos de Hollywood en este año. Momoa se roba la película, opaca a Vin y reclama la cinta para sí mismo. Se regodea en la ridiculez de su personaje y mientras él disfruta, nosotros también. Cada una de sus escenas es un verdadero goce y él es lo único que se sostiene en este show de coches lustrosos.

En fin, no voy a negar que la película tiene un “factor de espectáculo” (mal encauzado, pero ahí está) y eso la hace soportable; tampoco estoy ciego y sé que, como ya lo dije, los amantes de la saga van a adorarla, será un exitazo. Pero los que vamos al cine por las historias, buscando un entretenimiento con significado y/o intención, no encontraremos nada, sólo un tufo a llanta quemada.


Crítica por Arturo Garibay para TOPCINEMA
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