★ ★ ½ | Por Arturo Garibay

GRAN TURISMO es una película de claroscuros. En las pistas, funciona maravillosamente, te atrapa de salida a meta; fuera de ellas, es un melodrama horrendamente cursi, rebosante de lugares comunes y con diálogos infumables. Sí, es entretenida, pero también convencional, el eslabón más débil (cinematográficamente hablando) en la filmografía del cineasta Neill Blomkamp, aunque, paradójicamente, es también su pieza más accesible.

Jann Mardenborough (Archie Madekwe) es un joven que pasa los días jugando GRAN TURISMO en su Playstation. Su vida da un giro cuando se gana un lugar en la GT Academia y logra soltar el control de PS para convertirse en un piloto de carreras profesional. El filme está inspirado en la historia real de Mardenborough.

El más grande triunfo del filme es el de servir como un comercialazo de súper lujo de Playstation y GRAN TURISMO. Uno sale queriendo agarrar el DualShock y jugar por horas. Pero contar con un director habilidoso como Blomkamp hace que la película se eleve un poquito por encima del simple spot publicitario para ser un producto auténticamente entretenido, palomero pero bien. Y es que la pieza es efectista y estridente, justo lo que esperas de una cinta que es biopic y película de videojuegos al mismo tiempo.

Otro acierto disfrutable es lo que Blomkamp y su equipo logran al integrar el lenguaje de los videojuegos —particularmente, el de GRAN TURISMO— a la narrativa fílmica. Es una integración sin costuras y que le da mucha identidad a la película, además de que rinde tributo a este juego icónico.

Hay que subrayar, asimismo, el convincente trabajo de (casi todo) elenco, en especial de Madekwe y David Harbour; este último ya ha alcanzado status de infalible: no importa si la peli es buena o mala, él siempre convence. El reparto lo completan Orlando Bloom, Djimon Hounsou, Thomas Kretschmann y Geri Halliwell Horner.

La pata coja del filme está en el guion: como ya lo he dicho, los parlamentos son horribles, de recetario, cursis y torpes. El drama, el relato en sí mismo, queda reducido a una perorata motivacional para que gamers, hombres y onvres lloren por igual. La peli deja ir su gran oportunidad de explorar la masculinidad en el mundo gamer y deportivo, porque todo gira en torno a convertir a nuestro personaje en ganador, en ídolo del podio, en vez de hacerlo crecer como ser humano, como un hombre que no perpetua los tropos del deporte sino que expande sus posibilidades. La semilla está ahí, pero no la hacen crecer.

Creo, también, que la película es básica cuando dejamos de estar detrás del volante. Lo doméstico, lo humano, lo que concierne a los personajes, está filmado con una estética y un tono casi televisivos, pobrísimos. Aquí me surge la pregunta: ¿esta fue una película por encargo para Blomkamp?

En fin, la peli puede gustar muchísimo a pesar de sus no pocas llantas ponchadas, es muy entretenida, pero sus momentos inspirados tienen que lidiar con los baches y clichés con lo que nos cuentan esta historia. GRAN TURISMO acelera a tope, pero no sabe agarrar las curvas.


Texto por Arturo Garibay para TOPCINEMA
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