La distribuidora Alphaville Cinema lleva a cabo un proyecto cultural que busca acercar al público con los creadores cinematográficos nacionales, con el objetivo de formar una mayor comprensión, sensibilidad e identificación con el cine producido en México. Del 9 al 11 de noviembre, presentarán tres películas en el Museo Cabañas, con la presencia del director.
Con la posibilidad de encontrarte principalmente con jóvenes interesados en el cine no solo desde el punto de vista del espectador sino con una aspiración a, en determinado momento, formar parte de esta industria, ¿cuáles son los ejes, rubros o conceptos que vale la pena abordar con ellos?
Primero que nada, me encantará convivir con el público de Guadalajara, que yo quiero mucho. Me han apoyado siempre a lo largo de mi carrera; por eso, tener interacción con los jóvenes, algunos en etapa de formación universitaria, es muy importante para mí. Sobre todo, mostrar un poco lo que ha sido la trayectoria de mi productora, Marsash Cinema. Destacaría un rubro en especial, porque se habla mucho de cine en general, pero nosotros separamos lo que es cine y lo que hemos denominado «PAC», por sus siglas «Producto Audiovisual Comercial». Entonces, aunque nos han criticado mucho, nosotros hacemos énfasis en separar lo que es PAC de lo que es cine porque no puedes hablar de alimento y meter en la misma bolsa la chatarra, que otra comida que sí te va a alimentar. Nosotros separamos el PAC, que a veces imita al cine de una manera muy inteligente o mañosa, pero obviamente se está fusilando cosas para crear un efectismo y ganar dinero. Entonces, la diferencia entre cine y PAC es que el cine es pensamiento salvaje, pensamiento honesto, arte, lo mismo que hacer una sinfonía o pintar un cuadro, mientras que el PAC busca la retribución económica inmediata, vaya, hacer negocio. Esta invitación a Guadalajara es una excelente oportunidad para decirle a los jóvenes que no está mal identificar que si una película se les hizo mala, es porque no es cine, simplemente. Vamos a ir a transmitir esto.
LA RUTA DEL TALENTO es una oportunidad que no se tiene con frecuencia, ya que en ciudades del interior de la república no es tan común que se tengan este tipo de acercamientos con público joven, estudiantes, para poder hablar con las personas que hacen cine. ¿De este tipo de encuentros, tú que te llevas?
Esta ruta es organizada por una distribuidora que se ha caracterizado por difundir siempre el buen cine, Alphaville Cinema. Yo creo que son un referente, pues gracias a ellos hemos conocido películas muy valiosas. Han abierto una ventana para conocer gran cine internacional y cine mexicano de otra índole. Va a ser muy enriquecedor para los espectadores que puedan asistir. Cuando uno es joven, se siente muy solo ideológicamente y entonces el establishment te dice que esta película es lo más increíble, que tienes que verla, pero luego la ves y no te gusta, realmente no te gusta. Pero se hizo una gran campaña alrededor de la película y no hay una voz que te diga «esto no es cine, esto es un producto que busca llegar a sus billeteras», y que en cambio te diga «el cine es esto, esto y esto», te de una dirección. Me llevo la satisfacción de ver a un joven que se queda satisfecho, entusiasmado con lo que hablamos, algunas veces hasta han venido a colaborar conmigo en alguna película. Es muy enriquecedor verte a ti mismo reflejado años atrás en un joven que quiere hacer una película. Es increíble retroceder en el tiempo y ver que sigue la llama viva por querer hacer un arte que se ha desvirtuado por la comercialización.
¿Quieres decir que estos eventos de LA RUTA DEL TALENTO, además de tener encuentros en tiempo y forma de acuerdo a la calendarización, la programación es también la oportunidad de mantener una relación con un realizador hacia el futuro?
Esa la clave. Realmente no existe en el panorama de difusión cinematográfica un contacto directo con realizadores de autor, que se la han jugado para mantener vivo el arte cinematográfico en México, y La Ruta del Talento está llenando ese hueco. Yo espero que se pueda fortalecer. Hay mucha hambre en muchos espacios del país a donde tenemos que llegar y ellos, por ahora, están abriendo con machete el camino, pero ya atajando eso, vamos a poder llegar a más cineastas, más propuestas, y eso va a fortalecer a la industria cinematográfica nacional con otras propuestas. Porque cuando tú motivas a un joven con charlas, con proyecciones, tú estás sembrando, abriendo algo que no sabes cómo va a repercutir en el futuro. Quizás por ahí está un Guillermo del Toro, el próximo Iñárritu, porque en esos eventos encontraron un detonador.
Particularmente, ¿qué nos puedes comentar sobre cada una de las películas que van a proyectar?
Vamos a presentar un documental y dos películas de ficción. El documental es LOS ROLLOS PERDIDOS que hice con Daniel Jiménez Cacho hace ya más de 10 años. Tocamos el 2 de octubre de 1968 desde una perspectiva que no había tocado nadie, nos fuimos por el lado del cine. Resultó que había un cineasta que había filmado toda la masacre durante 10 horas y era desconocido para el público. Servando González filmó con 17 cámaras de 35 mm la matanza de los estudiantes, y pues con eso inicia nuestro documental y luego con el posterior incendio de la Cineteca Nacional.
Luego viene mi primera ficción que es GENERACIÓN SPIELBERG. Es una película que me apoyó mucho Bruno Bichir. Fue muy diferente a lo que se hacía entonces, estamos hablando de una película para el 2006-2007 y ya la estábamos filmando en 2K y digital. Es una película muy personal, habla de la generación de los que crecimos en 1980 y de ahí el nombre.
Y por último ARRITMIA filmada en París, en Italia, concretamente en Sicilia, a donde me llevé a 40 mexicanos. Una película demasiado cara para mis estándares, porque fue la primera gran producción de México en Europa. Es una pequeña joya de cine mexicano para mí, porque no deja de ser cine mexicano, tiene su registro, aunque esté hablada en francés y siciliano.
Entrevista: Brisa Barbosa