★ ★
En la secuencia de apertura de Un Nuevo Mundo (Captain America: Brave New World), el Cap lleva a cabo una misión —desangelada y con tufillo intervencionista— en Oaxaca. Pronto descubriremos que dicho operativo obedece al hecho de que el 35° largometraje del Universo Cinematográfico Marvel (UCM) será narrado en clave de thriller político. La idea no es mala y, de hecho, ya funcionó bien en El Soldado del Invierno; sin embargo, la ejecución falla en esta ocasión. Incluso siendo entretenido, palomera, accesible al modo Hollywood, el cuarto filme de este personaje es gris en visión, tibio en intenciones. Carece de alma.
El general «Thunderbolt» Ross (Harrison Ford) ha sido elegido como nuevo presidente de los Estados Unidos. De inmediato, manda llamar a Sam Wilson (Anthony Mackie) para ofrecerle la pipa de la paz y solicitarle que vuelva a formar a Los Vengadores. Empero, un atentado contra el mandatario y el robo de un cargamento de adamantium desenmascararán las intenciones de «aliados» y enemigos.
Huelga decir que los recursos triunfalistas y patrioteros del filme saben —más que nunca— a acedo, considerando el status quo de la Unión Americana en el aquí y el ahora. Incluso si en la película hay alguno que otro comentario editorial, estos son tímidos.
Queda quizás el consuelo de que Anthony Mackie y —en especial— Harrison Ford son convincentes. Este último toma al Thunderbolt Ross que ha heredado de William Hurt para interpretarlo con brío y efectividad.
Lamentablemente, esto no le alcanza a Un Nuevo Mundo para replicar el brillo de los momentos más inspirados del UCM.
En este punto, a la Fase 5 marvelita le queda solo un título: Thunderbolts. En él depositamos nuestras esperanzas para que este capítulo superheróico tenga un cierre que reivindique los fallos más recientes.
CAPITÁN AMÉRICA: UN NUEVO MUNDO es un estreno de Disney y Marvel Studios.