El derecho tiene una vocación transformadora. En las buenas historias del cine suele haber una transformación. Quizás por ello, el cine es una herramienta que vale la pena explorar “para renovar la forma en que se enseña el derecho”, reflexiona IRENE SPIGNO, abogada y ‘co-directora’ de un interesante proyecto antológico que ahora se ha convertido en un flamante libro: EL SUFRAGIO EN LAS PANTALLAS: PERSPECTIVA ACTUAL DE LOS DERECHOS POLÍTICOS DESDE EL CINE. El libro trabaja en torno a la idea del voto y los derechos humanos usando películas como herramientas de análisis, sujetándose de las historias de la gran pantalla y sus personajes para anclar lo legal a lo humano de una forma clara y atípica para las estrategias formativas tradicionales del Derecho.
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, TOPCINEMA charló con Spigno sobre este texto creado en sinergia con LUIS EFRÉN RÍOS VEGA y con la colaboración de un puñado de pensadores y expertos del derecho.
¿De dónde surge la idea de armar este libro, este trabajo antológico donde varias personas desgranan temas de corte político, social, ético, histórico, humano… teniendo al sufragio como eje y al cine como plataforma?
La idea nace hace un par de años. Yo soy parte de la Academia Interamericana de Derechos Humanos, que es un centro de investigación. Hemos tenido relaciones de colaboración con universidades y así nos dimos cuenta que uno de los problemas principales en los planes de estudio de las escuelas de derecho en el país es que todavía tienen una visión muy clásica de la enseñanza. Cuando digo esto me refiero a la dinámica ‘napoleónica’, de aprenderte los códigos de memoria, las leyes de memoria. Pero cuando hablamos de derechos humanos, de derechos fundamentales o de derechos políticos, es un sistema que ya no funciona del todo. Empezamos un trabajo de reforma de los planes de estudio, para modificar algunas estrategias enseñanza. Insertamos métodos alternativos como el teatro y el derecho, la música y el derecho, la literatura y el derecho… y también el cine y el derecho. Queríamos llegar de manera más directa a los estudiantes, pero también a otros “públicos”, por decirlo de alguna manera. Una observación común sobre los abogados es que “hablan otro idioma”. Hay cosas que, cuando un abogado las dice, solo el abogado las entiende, pero a veces son cosas que también deberían ser fácilmente comprendidas por los ciudadanos. La idea era encontrar una vía de comunicación más sencilla, más fácil, para llegar directo a las personas. El tema del sufragio y del derecho del voto es un tema muy importante en el contexto mexicano, la idea fue hacer un libro analizando algunas películas relevantes pero desde una perspectiva jurídica y académica.
En el libro, ¿lo cinematográfico es utilizado para insertar el elemento humano en el entramado legal?
Las cuestiones políticas suelen quedarse muchas veces en los textos, en las acciones políticas, en actos normativos o en los actos jurídicos. Pero en el cine ves personas. En el libro, por ejemplo, encuentras el tema del sufragio femenino. Sabemos que para las mujeres ha sido una lucha en muchas partes del mundo poder conquistar la posibilidad de ir a votar. Pero ¿qué significa o significó esa lucha? En este 2019, es un derecho que damos por sentado, no lo valoramos porque a nosotros no nos costó. Pero a nuestros ancestros pudo haberles costado incluso la vida. Ver eso en una película te da una imagen de lo que sucedió, te ayuda a humanizar situaciones que pueden estar en un texto legal o académico, pero que a veces parecen distanciadas de una visión más humanista.
¿Qué vino primero al armar el libro? ¿La curaduría de autores o de películas?
Antes de publicar el libro hicimos un primer ejercicio. Como era un experimento, quisimos organizar un diplomado al cual invitamos a la sociedad civil, representantes de partidos políticos y estudiantes, tanto de licenciatura como de posgrado. En ese diplomado seleccionamos las películas, se veían y se discutían. Entonces, la primera parte fue la selección de las películas y conforme a ello identificamos perfiles de personas, tanto mexicanas como extranjeras, expertas en cada temática, para que pudieran elaborar no solo un comentario, sino profundizar en cada caso.
Hay un efecto expansivo en las películas seleccionadas. Me explico: son películas que relatan historias que ocurren en un ‘aquí y ahora’ muy concreto, pero que también guardan cierta universalidad, de modo que pueden ser extrapoladas a otras circunstancias distintas a las de su periodo histórico, por decirlo de alguna manera.
Esa era la idea. Cuando estás abordando una temática específica, hay que encontrar el contexto que refleja problemáticas comunes. Lo que se hizo en el libro, por ejemplo, fue abordar algo como el tema de las campañas políticas a partir de un caso americano: el tema de la financiación, de la propaganda, de la personificación de la política. Sí, se desarrollaron esos temas con películas que cuentan historias que suceden en Estados Unidos, pero en ellas hay circunstancias y contextos que encontramos también en México, o que vemos en las elecciones de Francia o de España. Son problemáticas comunes. Otro ejemplo es el del sufragio de las minorías: ahí se trabajan dos cosas muy concretas, que son las minorías raciales y la comunidad LGBTIQ+. Son casos muy específicos: uno es el de HARVEY MILK y el otro es el de AMERICAN VIOLET, ambas suceden en Estados Unidos pero son problemáticas que están activas en otros países.
¿Cómo es tu relación con lo cinematográfico?
A mí el cine siempre me ha apasionado mucho. Yo soy italiana. Tengo la herencia del cine italiano. Curiosamente, el cine es una herramienta con la que he trabajado desde hace muchos años. Desde que estudiaba en Italia ya tomaba cursos de cine y derecho. A mí me parece de lo más natural usar el cine para pensar en el derecho. El próximo año, por ejemplo, sacaremos un libro sobre las desapariciones forzadas en las pantallas. Queremos hacer algo también con música y derechos humanos a través de canciones de U2. Estamos trabajando mucho el análisis del derecho a través de las expresiones populares del arte.
Hablabas de películas que giran en torno a casos americanos pero con elementos que encajan en otras realidades. Sin embargo, hay dentro del libro un caso de análisis muy concreto, de mucha cercanía, que es el que hacen de la película NO de PABLO LARRAÍN. Eso me hizo notar la ausencia de relatos nacionales.
En realidad, lo que ocurre es que el caso nacional amerita un libro propio. Este libro que presentamos ahora es apenas un ejercicio. Pero hay muchas películas mexicanas con temas que merecen una reflexión desde el derecho. El tema electoral aquí en México es muy interesante y muy complejo, te da para un libro completo. En este primer libro encontramos situaciones más bien generales, aplicables a muchos contextos. Como bien comentabas, películas que pueden tener un alcance más amplio. Pero luego está NO, el caso chileno, justo cuando en Chile vemos que están afrontando retos democráticos. Me parece que lo que el libro reflexiona sobre NO es algo que no ha perdido actualidad en toda la región, no solo en Chile.
¿El libro es fundamentalmente académico o puede ser leído en otros contextos?
Es académico. No pretende ser un mensaje de propaganda. Es un trabajo científico-académico, un esfuerzo para desarrollar nuevas herramientas para la enseñanza del derecho. Trata sobre cómo los profesores pueden enseñar muchas cosas sobre el tema del sufragio a través de películas. Piénsalo como una herramienta para profesores, alumnos y profesionales del derecho. Y, además, lo hace manera amena. A veces se piensa que estudiar derecho es aburrido, y puede serlo, pero estamos tratando de cambiar eso.
Las películas tienen punto de vista, el de un director o el de un guionista. ¿Crearon una metodología para trabajar los casos y afrontar la carga ideológica que pudiera tener alguna película?
Tratamos de apartarnos en la medida de lo posible de la subjetividad que pudiera estar relacionada con la parte autoral de las películas. Es cierto que todos los instrumentos que se puedan usar tienen algo del artista y su forma de ver la vida, así eso implicó un gran reto, muy interesante. Teníamos estudiosos o expertos del derecho que nunca se habían enfrentado a una metodología de este tipo, a escribir algo como esto: era importante subrayar que el tema era el sufragio, que había que contextualizar en la historia y en la política, y que había que ver la película siempre con ojos de abogado. Creo que eso es interesante. Un buen complemento para este libro sería leerlo a través de los ojos de los expertos en cine.
EL SUFRAGIO EN LAS PANTALLAS es una publicación de la editorial Tirant Lo Blanch. Más información y otros títulos del sello, aquí.