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Por Arturo Garibay
El género de espías es uno de los más prolíficos y cinematográficos; ha vivido, al menos, una racha de sesenta buenos años. Pero no hay géneros infalibles. Para muestra tenemos la comedida y convencionalmente entretenida ESPÍAS A ESCONDIDAS, nueva cinta del estudio de animación Blue Sky. Esta es la historia de un agente secreto arrogante que va por ahí salvando al mundo hasta que cae en una trampa y tiene que buscar a un nerd tecnológico para que lo ayude, aunque por accidente termina convertido en paloma.
Muchas cosas no funcionan adecuadamente en ESPÍAS A ESCONDIDAS, comenzando por el insufrible personaje principal, un tipo arrogante por el que es imposible sentir empatía. Curiosamente, el cine está plagado de ejemplos de personajes antipáticos que logran atrapar al espectador, que hacen que nos importe su trayecto, su viaje emocional y sus momentos de transformación. No es el caso de Lance Sterling, un personaje tan poco creativo que emerge (en su apariencia física) como un alter ego de Will Smith, el actor que le da voz en la versión original en inglés. Que Lance sea un espejo de Will no es el problema, es solo uno de los casos en los que la película busca crear «tributos» o hacer «reverencias» y termina volviéndose poco original.
ESPÍAS A ESCONDIDAS rinde pleitesía a clásicos del género como las sagas del 007, Misión: Imposible o Bourne, pero los homenajes se sienten deslavados, frívolos. Lo mismo pasa con el nivel de la comedia, excesivamente arquetípico, con pocos momentos de brillo genuino.
Como dicta el canon del género, ESPÍAS A ESCONDIDAS nos lleva a desenredar la madeja de la intriga internacional en varios puntos del orbe, como Washington, Venecia o Playa del Carmen, México. Esta última es, quizás, una de las secuencias de comedia y acción mejor logradas del filme, ese lugar donde queda concentrado el concepto de la película: justo lo que debió ser durante noventa minutos pero que solo fue durante quince. En Playa del Carmen hay persecuciones, espionaje cómico, irreverencia, combates y fuga. Es incluso en esa locación en la que entran en juego un par de palomas (personajes secundarios, mudos, de relleno) que terminar por robarse las escenas más hilarantes sin decir una palabra, solo con sus acciones.
ESPÍAS A ESCONDIDAS es, en el mejor de los casos, una película animada olvidable, mínimamente divertida. Es una pena, porque el trabajo de dirección de arte es bastante encomiable, pero de nada sirve una envoltura bonita si el contenido del empaque es una avalancha de clichés presentados con desgano, de giros de tuerca que no se sienten como tal, de lugares comunes emocionales relatados sin frescura. En fin, una experiencia promedio… o incluso por debajo.