★ ★ ★ ½ | Por Arturo Garibay

Qué cosa más linda es EL GRAN CUENTO DE LOS OSOS. La cinta animada de Lorenzo Mattotti se destaca tanto por la magia de su relato como por la belleza de su presentación. Es una de esas piezas que se distancian de la estética que se ha vuelto hegemónica en el cine animado de la actualidad, tanto en lo estilístico como en el acabo de visual. ¡Alabado sea Leoncio! Porque a veces siento que es como si hubiera un acuerdo tácito para que todas las cintas de animación se vean igualitas. Pero eso no aplica con esta peli preciosa. Gracias, gracias.

EL GRAN CUENTO DE LOS OSOS es un ejercicio de narración donde el punto de vista de quien cuenta la historia importa… y mucho. En la cinta, Leoncio es el rey de los osos. Cuando su hijo desaparece, se desmorona emocionalmente, pero una luz de esperanza, una posibilidad de reencontrarlo, hace que el reino de los osos se lance al encuentro del reino de los humanos. En este sentido, la historia cuenta con momentos tan épicos como íntimos.

Quepa decir en este punto que el filme de Mattotti no es un relato estrictamente infantil, si bien puede ser visto y gozado por los niños. La cinta familiar también atañe a los más «grandecitos»: en su narrativa explora temas como la paternidad, la intolerancia y el miedo hacia el otro, los prejuicios, el poder, la identidad y la pertenencia. En fin, es una película muy jugosa, los amantes de la apreciación exhaustiva de las películas pueden exprimirle mucho. Pero, más importante aún, es una peli de factura bellísima, un cuento entrañable para gozarse.

En la parte artística, la película se destaca también: los colores del filme son potentes y con mucha presencia, mientras que las formas —y el look and feel entero— deleitan las pupilas.

Me encantó la película. Si tuviera algo que reprocharle, tal vez sería que EL GRAN CUENTO DE LOS OSOS se queda un poco corta con la anécdota del choque de culturas: el encontronazo entre osos y humanos habla mucho de las diferencias raciales, religiosas, culturales e idiológicas que se viven cada día en todo el mundo. Aquí sí creo que la cinta echa la carne en el asador, pero no termina de cocerla del todo. La fantasía se impone y eclipsa un comentario que no le hubiera sobrado a la película.

EL GRAN CUENTO DE LOS OSOS, hay que decirlo, es una película muy orientada al arte. El filme es un deleite para los estetas y todos aquellos a quienes la fascinación les entre por los ojos. Si te cuentas entre ellos, corre a verla ya.


EL GRAN CUENTO DE LOS OSOS es un estreno de Cine Caníbal, ya en cines.

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