★ ★ ½ | Por Arturo Garibay
No me parece casualidad que las adaptaciones de videojuegos fallen reiterativamente. A final de cuentas, es complicado adaptar un producto narrativo de orden interactivo al terreno de la narrativa lineal. Y la pérdida más sensible es la del «control», el dominio —artificioso, cierto— que como jugadores tenemos sobre el progreso del personaje. Ahora la ha tocado a UNCHARTED: FUERA DEL MAPA pasar por tan traumático trance, liberarse de las «ataduras» del usuario y quedar a merced de un cineasta. ¿Es satisfactorio el resultado?
Nathan Drake (Tom Holland) es un chico que trabaja en un bar donde siempre está en busca de cualquier oportunidad para estafar a sus clientes. Un día recibe la visita de Sully (Mark Wahlberg), quien lo engatuza para sumarse a una aventura de búsqueda del tesoro que incluye un premio adicional: la posibilidad de que Nate pueda descubrir el paradero de su hermano desaparecido.
Desde que se confirmó que Tom Holland sería Nate Drake, la estrella de SPIDER-MAN: SIN CAMINO A CASA ha estado bajo la lupa de los fans. Que si no tenía el porte ni el carácter del Nathan Drake de los videojuegos, que si no estaba cortado para ese papel, que si su contratación obedeció a un tema de mercado más que a un tema fidelidad al material original… en fin. Siempre habrá quién se queje sin haber visto la película.
Personalmente, creo que Holland ha logrado algo más o menos interesante como Nathan. Aquí lo importante, creo, es que no esperes ver al Drake del videojuego, encarnado. Holland hace su propia versión del personaje, juega un juego de apropiación y consigue salirse con la suya. Su lectura de Nate es efectiva para la película en cuestión.
Lo irónico es que justo aquello que fue más criticado previo al estreno de UNCHARTED: FUERA DEL MAPA, bien podría ser el mayor acierto del filme. El resto es una serie de «logros» que se quedan a medio gas. Al UNCHARTED fílmico le faltan alma y contundencia. Pero lo entiendo: el reto no era sencillo.
UNCHARTED: FUERA DEL MAPA no solo tenía que sacurdirse la sombra del material original y mostrarse como una pieza valiosa por mérito propio, sino que también debía trazarse una ruta dentro de un género donde pululan los filmes emocionantes y divertidos: desde la saga INDIANA JONES hasta LOS GOONIES (1985), pasando por DOS BRIBONES TRAS LA ESMERALDA PERDIDA (1984) o las recientes iteraciones de JUMANJI y hasta la JUNGLE CRUISE (2021) de «The Rock». Lo siento, pero UNCHARTED no está al nivel. Es estridente y palomera, hasta ahí.
Una de las cosas más graves que le ocurren a la resultona UNCHARTED: FUERA DEL MAPA es que tiene villanos muy raquíticos. Ni Tati Gabrielle ni Antonio Banderas son antihéroes memorables. Es más, ni siquiera son creíbles en sus circunstancias. Son planos, huecos. Están construidos con rebabas del género. Y, por lo general, un héroe es tan bueno como su villano.
Lo anterior incide en algo que lacera el resultado final de la pieza del director Ruben Fleischer (Tierra de Zombies, 2009), y es que la necesidad dramática de Nathan Drake nunca llega a convencer del todo. El protagonista de la aventura tiene marcas y vacíos fáciles de cubrir con corrector: su motivación es apenas creíble. Le falta corazón para que nos creamos su determinación. Simplemente, las cosas le van sucediendo y él va reaccionando. Los personajes son de una constitución dramática tan frágil que pueden caer con un soplido.
Al final, UNCHARTED: FUERA DEL MAPA puede funcionar muy bien para dos tipos espectadores muy concretos (y numerosos): el gamer que está buscando saciar su morbo —para bien o para mal— y el público que quiera ver algo palomero, sin mucha osadía pero con harto efectismo. O sea, que de hit taquillero sí tiene madera, así que posiblemente y pese a todo, Drake encontrará su tesoro.
UNCHARTED: FUERA DEL MAPA ya está en cines. Un estreno de Sony Pictures.
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Crítica por Arturo Garibay para TOPCINEMA
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