Escalante experimenta en el 76° Festival de Cannes
Por Felipe Flores
Desde que Amat Escalante comenzó su carrera, ha tenido presencia en el circuito festivalero, y el Festival de Cannes siempre ha consentido al guanajuatense. Los dulces recuerdos que iniciaron con HELI en 2013, se extendieron hasta la fantasía violenta de LA REGIÓN SALVAJE.
El regreso del “hijo pródigo” al Boulevard de la Croisette nos muestra que no todo cambio es siempre para bien, sobre todo cuando se experimenta con estilos que —lejos de mostrar autenticidad— replican una gastada fórmula, que solamente sirve para solapar las desgracias nacionales.
Perdidos en la Noche cuenta la historia de Emiliano (Juan Daniel García), un joven oriundo de un pueblo minero de México con una sed implacable de hacer justicia a su madre, la maestra Paloma, una profesora activista, quien tras manifestarse en contra de una compañía minera internacional, desaparece en turbias circunstancias.
Al no recibir ayuda de la policía ni del sistema judicial, encuentra una pista que lo lleva a la excéntrica familia Aldama: Rigoberto (Fernando Bonilla), su esposa Carmen (Bárbara Mori) y su hija Mónica (Ester Expósito), quienes tienen gustos bastantes peculiares, influenciados en las bellas artes, la muerte en México e, incluso, el suicidio.
Estilísticamente, los cambios de Escalante respecto a sus trabajos anteriores son notorios, pero conserva el impacto audiovisual que caracteriza sus proyectos, en parte gracias a la inmersiva fotografía de Adrián Durazo; además de la banda sonora estrafalaria, cortesía de Kyle Dixon y Michael Stein. Sin embargo, lejos de ser una pieza llena de cualidades, sus atributos evidencian que el experimento de Amat no somatizó su filosofía cinematográfica.
El cineasta nos termina engañando, más allá de sumergirnos en el contexto político corrupto, nos da una parábola, muy emocional, sobre cuáles son las necesidades —o debilidades latentes, en el caso de Emiliano— en la búsqueda de la moral, evidenciado incluso un espectáculo mediático que antepone los valores sociales sobre el espectáculo que suelen ser las redes sociales.
Perdidos en la Noche de Amat Escalante es una cinta con fotografía loable pero mensaje soso. Lejos de transgredir al sistema, justifica y, de nueva cuenta, responsabiliza a “males endémicos” abstractos de todos los problemas de la sociedad mexicana. Según parece, el pecado es pertenecer a la clase baja en México.