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Daniel Craig brilla y seduce en Queer, el segundo estreno del director Luca Guadagnino (Desafiantes) en menos de un año. La cinta es elegante y sensual, cierto, pero, por encima de todo, es un escaparate para que Craig haga gala de su registro histriónico y su soltura interpretativa.

El talento de Craig no es una sorpresa. Es cierto que, en el top of mind del gran público, el inglés aparece siempre como el 007; sin embargo, desde El amor es el diablo (1998) o Layer Cake (2004) ya se notaba su calibre actoral. Es más, también su lectura de James Bond es la más multidimensional.

Un extranjero se encuentra en México, donde conocerá a un hombre más joven por el cual quedará magnetizado. Queer es la adaptación del relato de Burroughs publicado en 1985.

Guadagnino construye una película de personaje con Craig en el epicentro. Juntos entregan un retrato sobre la vulnerabilidad y, también, una reflexión sobre cómo el desgaste de vivir puede mitigarse cuando aparece el deseo. No es de extrañarse, pues, que la película tenga motivos (visuales, emocionales) más cercanos al impresionismo que al realismo.

A título personal, me encantan las películas sobre el deseo, y me resultan particularmente fascinantes aquellas que recorren los vericuetos del deseo sexual sin engraparlos a la idea de «preferencia sexual». En Queer, el deseo es… el deseo. Por 137 minutos, Guadagnino y Craig nos recuerdan que en el deseo habitan «el yo» y «el otro», que es una sinergia entre otredades. Y que sí, la negación o confrontación no cancelan el ya citado deseo.

Queer es una pieza donde el erotismo no es una provocación trivial, sino un atributo, un don y, a veces, una herida de los personajes. Es, también, una adaptación muy a discreción de Luca. Me queda claro que Guadagnino ha acondicionado el texto original para servir a sus propósitos, para refrasear e, incluso, replantear al Lee de la ficción original.

En el terreno audiovisual, huelga decir que la película también es una serie de bellos atinos: la cinefotografía de Sayombhu Mukdeeprom es fantástica, y se nota el entendimiento profundo que ya tiene con Guadagnino, con quien colaboró en Llámame por tu nombre y Desafiantes. La música, por su lado, es de la dupla Reznor/Ross, quienes bien podrían anotarse nuevas nominaciones por lo logrado.


Queer es un estreno de Mubi, ya en cines y próximamente en streaming a través de mubi.com. Mi consejo es claro: «hay que verla en la pantalla grande».